Hoy en Revista Dosis
Martes, 25 Agosto 2020 14:04

Nueva vacuna contra el meningococo

Se presentó oficialmente la disponibilidad en la Argentina de la vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente,que protege contra los serotipos A, C, W-135eY del meningococo, una bacteria responsable de producir meningitis y/o infección generalizada (sepsis). El meningococo afecta fundamentalmente a los lactantes y niños pequeños,con riesgo de generar complicaciones, de producir secuelas permanentes e inclusive ocasionar la muerte.

 

La vacuna protege contra 4 de los serogrupos de esta bacteria, causante de la meningitis y de la enfermedad meningocócica invasiva, que representa más del 50% de los casos de enfermedad meningocócica en la Argentina.

Durante la reunión científica, organizada en modalidad virtual por el laboratorio Pfizer, la Dra. Ángela Gentile, Infectóloga pediatra y epidemióloga pediatra, Jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños ‘Ricardo Gutiérrez’, destacó que a pesar de que actualmente existe en nuestro calendario nacional de inmunizaciones una vacuna contra el meningococo que incluye 2 dosis a los 3 y 5 meses y un refuerzo a los 15 meses, “la nueva vacuna conjugada tetravalente representa una muy buena noticia, sobre todo para trabajar sobre los esquemas de vacunación incompletos.El hecho que esta vacuna a partir del año de edad solo exige un esquema de una dosis única, facilitará el recupero de esquemas incompletos”.

La enfermedad meningocócica se presenta como meningitis en 1 de cada 2 casos y evoluciona a una infección generalizada (bacteriemia o sepsis) en 1 de cada 3. “Su manifestación clínica es impredecible; generalmente,aparece con un cuadro en las vías aéreas superiores, pero que en pocas horas puede llevar al paciente a las Unidades de Terapia Intensiva. Muchas veces, el uso de antibióticos no modifica significativamente el curso de la enfermedad y el margen de mortalidad oscila entre el 10 y el 15% de los pacientes. Además, de los que sobreviven, entre un 10 y un 20% podría sufrir secuelas irreversibles. Esto hace que, pese a que es una enfermedad de baja incidencia, tenga un alto impacto en la comunidad médica y en la consideración de la gente”, agregó por su parte del Dr. Eduardo López, infectólogo pediatra, Jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños ‘Ricardo Gutiérrez’ y profesor de Vacunología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador.

“Como la mayoría de estos síntomas de inicio-como cuadros febriles que parecen cuadros virales- suelen ser comunes a otras condiciones médicas, siempre es recomendable la consulta con el pediatra para determinar un diagnóstico preciso”, insistió el Dr. López. “En todos los casos, la portación es una condición necesaria previa a la invasividad, el riesgo de portación aumenta con el hacinamiento y la vulnerabilidad social, tanto en niños en edad escolar como en los adolescentes”, completó la Dra. Gentile.

Entre otros, los principales síntomas de la enfermedad meningocócica en los más pequeños suelen ser irritabilidad, sueño, fiebre, llanto intenso y desconsolado, y rechazo al alimento. Por su parte, en los niños, además de estos signos, puede presentarse dolor de cabeza, disminución del nivel de conciencia, sensibilidad a la luz, rigidez en el cuello y náuseas y vómitos.

“Más del 70% de los casos se da en los primeros 6 meses de vida, por lo cual la vacunación en lactantes es prioritaria, ya que estamos protegiendo al grupo más vulnerable. Tampoco debemos olvidarnos de los adolescentes,que son portadores y potenciales transmisores. Por lo tanto, en ellos, el objetivo de la vacunación es disminuir la propagación y ofrecer una protección indirecta a aquellos niños que no estén vacunados”, remarcó el Dr. López.

Respaldan la seguridad y eficacia de la nueva vacuna antimeningocócica conjugada 20 trabajos de investigación en fases 2 y 3, con más de 10 mil participantes, que permitieron evaluar su nivel de seguridad, y 7 estudios pivotales sobre distintos grupos etarios que evaluaron su capacidad de generar anticuerpos (inmunogenicidad).

“En las investigaciones,demostró un nivel de protección similar a las demás vacunas de su tipo, pudiendo aplicarse en lactantes conjuntamente con todas las otras vacunas incluidas en el calendario, mientras que en niños de 12 a 23 meses también obtuvo niveles de inmunogenicidad excelentes. En los adolescentes y adultos,alcanzó una persistencia de la respuesta inmune hasta los 10 años. Con lo cual tenemos una vacuna con muy buen perfil de seguridad y con títulos de anticuerpos muy satisfactorios a distintas edades”, manifestó el Dr. López.

Otro de los beneficios evidenciados por la nueva vacuna en distintos estudios fue que, comenzando antes de los 6 meses al utilizar 2 dosis más un refuerzo, se obtenían excelentes niveles de respuesta inmunológica, lo mismo que con un esquema de 1 + 1 comenzando a partir de los 6 meses, o con una única dosis a partir de los 12 meses.

“Este no es un dato menor, porque dadas las bajas tasas de cobertura y los esquemas incompletos de vacunación en nuestro país, esta vacuna podría ayudar al pediatra a cumplir con el calendario nacional de vacunación”, sostuvo el Dr. López.

En opinión del Dr. Marco Safadi, infectólogo pediatra brasileño, presidente del Departamento de Infectología de la Sociedad Brasileña de Pediatría, e invitado especial para participar de la reunión científica: “Si nos basamos en la experiencia en el mundo real, veremos que si bien esta enfermedad es relativamente rara, se justifica la implementación de programas de vacunación rutinarios debido a que es una enfermedad impredecible, que se presenta en un 90 por ciento en personas sanas, mayoritariamente niños pequeños, y puede generar brotes, epidemias, con un elevado nivel de mortalidad y morbilidad”.

El Dr. Safadi remarcó el crecimiento del serogrupo W, que se caracteriza por su particular virulencia y la importancia de vacunar a los adolescentes, que son los mayores portadores de la bacteria, para evitar la transmisión y promover una inmunidad colectiva: “hay una tendencia mundial a vacunar con la tetravalente a los lactantes y alos adolescentes”, afirmó.

“Es importante contar con nuevas vacunas contra el meningococo, por un lado, porque es una enfermedad para la que muchas veces los laboratorios productores han dado faltante en la producción de este tipo de vacunas y, por el otro, porque al ser conjugada se puede aplicar a partir de las 6 semanas de vida con respuesta inmunológica adecuada y además genera memoria inmunológica”, concluyó el Dr. López.

 

En cuanto a los efectos adversos, los reportes fueron muy bajos, la mayoría vinculados a molestias en el sitio de la inyección, con enrojecimiento y -en muy pocas ocasiones- fiebre, cefalea e irritabilidad.

 

 

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La tormenta de citoquinas que causa covid-19 podrían impedir el desarrollo de inmunidad. Shiv Pillai, investigador del Instituto Ragon del MGH, MIT y Harvard y profesor de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) ha publicado un artículo en «Cell» en el que muestra que los altos niveles de algunas citoquinas observados en pacientes con COVID-19, como parte de una tormenta de citoquinas, pueden impedir el desarrollo de una inmunidad a largo plazo contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.

«Hemos visto muchos estudios que sugieren que la inmunidad en COVID-19 puede no ser duradera porque los anticuerpos disminuyen con el tiempo. Más revelador para nosotros fue que en los pacientes con enfermedades tanto leves como severas, los anticuerpos carecían de una característica estructural clave que es un sello distintivo de los anticuerpos de ‘alta calidad’ en una respuesta inmunológica normal».

 
 El grupo de Pillai demostró que en los pacientes de COVID-19 el tipo especializado de célula T ayudante no se desarrolla, y como consecuencia las células B no reciben la ayuda adecuada

«Usando nuestra comprensión de cómo dos tipos diferentes de células inmunes colaboran normalmente para producir los mejores anticuerpos, fuimos capaces de encontrar un mecanismo que podría explicar esta respuesta inmune de menor calidad en los pacientes con COVID-19», explica Pillai.

El grupo examinó los bazos y los ganglios linfáticos de los pacientes fallecidos con COVID-19 y descubrió que la falta de centros germinales, una parte esencial de una respuesta inmunológica duradera.

Los centros germinales son estructuras inducidas dentro de los nódulos linfáticos y bazos durante la infección o la vacunación. En ellos, las células B, las células inmunes que producen anticuerpos, maduran para convertirse en células de ‘memoria’ de larga duración. Este proceso, junto con las mutaciones controladas en los genes de los anticuerpos, permite al sistema inmunológico seleccionar e inmortalizar las células B que producen los mejores anticuerpos contra un patógeno en particular.

Junto con las mutaciones controladas en los genes de los anticuerpos, permite al sistema inmunológico seleccionar e inmortalizar las células B que producen los mejores anticuerpos contra un patógeno en particular.

Esto crea una «memoria» de por vida de un patógeno que permite al cuerpo identificar y atacar rápida y eficazmente al patógeno en caso de reinfección. Sin centros germinales, no hay suficientes células B que puedan crear una respuesta de anticuerpos de alta calidad para producir una inmunidad a largo plazo. Para formar centros germinales, las células B dependen del apoyo clave de otro tipo de célula especializada llamada célula T ayudante.

El grupo de Pillai demostró que en los pacientes de COVID-19 el tipo especializado de célula T ayudante no se desarrolla, y como consecuencia las células B no reciben la ayuda adecuada. El estudio no encontró ningún centro germinal en pacientes agudamente enfermos.

Estudios previos con enfermedades infecciosas en ratones han demostrado que altos niveles de citoquinas, pequeñas moléculas de señalización únicas en el sistema inmunológico, pueden prevenir la formación de estas células T colaboradoras y por lo tanto de centros germinales. Grandes cantidades de una citoquina llamada TNF, en particular, impidió la formación de centros germinales. En los casos graves de COVID-19 se encontraron cantidades masivas de TNF en el lugar donde normalmente se formarían los centros germinales.

Lo que significa que mientras que los anticuerpos pueden proteger a las personas durante un tiempo relativamente corto, una sola persona que se recupere de la enfermedad podría infectarse de nuevo

La falta de centros germinales se ha observado en otras enfermedades, incluyendo el SARS, y no significa que no haya una respuesta inmunológica. «Hay una respuesta inmune en COVID-19. Simplemente no viene de un centro germinal», apuntan los investigadores. Sin embargo, la falta de centros germinales podría tener importantes implicaciones para el desarrollo de la inmunidad de la manada

«Sin la formación de centros germinales, es poco probable que haya una memoria a largo plazo de este virus que se desarrolla a partir de infecciones naturales, lo que significa que mientras que los anticuerpos pueden proteger a las personas durante un tiempo relativamente corto, una sola persona que se recupere de la enfermedad podría infectarse de nuevo, tal vez seis meses más tarde, o incluso varias veces con el SARS-CoV-2. Esto sugiere que el desarrollo de la inmunidad de grupo puede ser difícil», concluye Pillai.

Los investigadores puntualizan, en cualquier caso, que «es probable» que este hallazgo no afecte a la inmunidad inducida por las vacunas, ya que no inducen tormentas de citoquinas. Una respuesta inmune inducida por una vacuna probablemente incluiría el desarrollo de un centro germinal, y la consiguiente creación e inmortalización de anticuerpos de alta calidad que proporcionarían una protección duradera contra el COVID-19.

El desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2 se vería facilitado en gran medida por la identificación de correlatos inmunológicos de protección en humanos. Las respuestas de anticuerpos a largo plazo y las actividades neutralizantes después de infecciones aún no se han dilucidado con extrema certeza. Hasta la fecha, los estudios sobre inmunidad protectora solo se han realizado en modelos animales y no se han establecido correlaciones de protección en humanos

Un brote masivo de COVID-19 en un barco de EEUU dejó fuera a los miembros de la tripulación que ya tenían anticuerpos contra el nuevo coronavirus. Esto proporciona lo que los científicos indican que es la primera evidencia directa de que estos anticuerpos protegen a las personas contra la reinfección.

Después de una infección viral, el sistema inmunológico produce compuestos llamados anticuerpos neutralizantes que pueden atacar al virus si invade nuevamente. Pero investigaciones anteriores no habían determinado si tales anticuerpos pueden proteger a los humanos de la reinfección por SARS-CoV-2.

Alexander Greninger de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle y sus colegas analizaron la tripulación de un barco pesquero estadounidense para detectar coronavirus y sus respectivos anticuerpos. Precisamente antes de la salida del barco, los investigadores testearon a 120 de los 122 miembros de la tripulación y encontraron que todos eran negativos para el SARS-CoV2, pero un brote golpeó el barco poco después de que salió de la costa.

Las pruebas posteriores al viaje mostraron que 104 miembros de la tripulación de 122 personas estaban infectados. Ninguno de los que estaban infectados y habían sido examinados antes de embarcarse habían mostrado anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2.

Pero los tres miembros de la tripulación que tenían tales anticuerpos antes de la salida evitaron de la infección. Ninguno de estos miembros de la tripulación con títulos de anticuerpos neutralizantes mostró evidencia de infección viral genuina ni experimentó ningún síntoma durante el brote viral, lo que proporciona evidencia estadísticamente significativa de que los anticuerpos neutralizantes adquiridos durante la infección por SARS-CoV-2 protegen contra la reinfección, dicen los autores.

Coincidencias de inmunidad

Además de este estudio que parece ser el primero terminante en materia de anticuerpos, se suma el coincidente que elaborado por un equipo de investigadores del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Union Hospital de Tongji Medical College de Wuhan, China que ha llegado a la conclusión reciente de que la infección por COVID-19 induce respuestas inmunes humorales sostenidas en pacientes convalecientes después de una enfermedad sintomática.

En su estudio los profesionales cuantificaron los anticuerpos de inmunoglobulina y los anticuerpos neutralizantes durante un período de seis meses. Después del inicio de la enfermedad COVID-19 en 349 pacientes sintomáticos que se encontraban entre los primeros infectados en todo el mundo. La tasa de positividad y la magnitud de las respuestas aumentaron rápidamente. Los niveles altos a las 2-3 semanas del inicio de la enfermedad se asociaron con el control del virus y se correlacionaron estrechamente con la capacidad de neutralizar el SARS-CoV-2.

Si bien algunos elementos se volvieron indetectable doce semanas después del inicio de la enfermedad en la mayoría de los pacientes, la mayoría se mostraron en una fase de contracción intermedia, pero se estabilizaron a niveles relativamente altos durante el período de observación de seis meses. En puntos de tiempo tardíos, las tasas de positividad para la unión y neutralización de anticuerpos específicos todavía estaban por encima del 70%. En conjunto, sus datos indican una inmunidad humoral sostenida en pacientes recuperados que padecen COVID-19 sintomático, lo que sugiere una inmunidad prolongada.

Las conclusiones, hasta la mencionada experiencia del barco pesquero de Estados Unidos, habían sido erráticas. Un estudio hecho en España sobre, relacionado con el desarrollo de anticuerpos, mostró que no habría inmunidad colectiva ante el virus. De acuerdo con lo publicado el análisis mostró que solo el 5 por ciento de la población había desarrollado los anticuerpos. “A pesar del alto impacto del COVID-19 en España, las estimaciones de prevalencia (la proporción de individuos de un grupo que presentan un evento determinado) siguen siendo bajas y son claramente insuficientes para proporcionar inmunidad colectiva”, indicó el documento.

Comprender las respuestas de los anticuerpos al SARS-CoV-2 es indispensable para el desarrollo de medidas de contención para superar la pandemia actual de COVID-19.

A medida que se expande la amenaza de una segunda ola, incluso en las áreas que habían logrado mantener el virus a raya, los científicos trabajan frenéticamente para entender cómo el ordenador principal produce los anticuerpos contra el coronavirus. Una comprensión completa de este proceso se requiere para reducir la severidad del brote. Ahora, un nuevo estudio de los investigadores en la universidad de Nueva York sobre el tipo y la intensidad de los anticuerpos en los pacientes recuperados COVID-19 y las implicaciones de estas conclusión.

Una de las preguntas más importantes es entender si la inmunorespuesta a este virus produce la protección duradera contra la reinfección. Los investigadores admitieron en su informe que la neutralización del pseudovirus es una opción eficiente al virus natural para tal prueba, pero piden cautela, “el virus auténtico SARS-CoV-2 puede descubrir los sueros de neutralización potentes, que tiene implicaciones para la selección de donantes para la terapia pasiva de la inmunización”.

Investigadores del Instituto Salk (EE.UU.) han dado un gran paso en la búsqueda de un tratamiento seguro y eficaz para la diabetes tipo 1, una enfermedad crónica que se caracteriza por un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre y que, aunque 1 puede presentarse a cualquier edad, se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes.

Según la Federación Internacional de Diabetes, más del 10% de la población adulta de España de más de 34 millones tiene diabetes y las personas con diabetes Tipo 1 representan del 0.2 al 0.3 % del total de diabéticos en España.

La diabetes tipo 1 es difícil de controlar, incluso con dispositivos automatizados que administran insulina para regular el azúcar en sangre. Los trasplantes de islotes beta pancreáticos (grupos de células que producen insulina y otras hormonas) del tejido de un donante pueden proporcionar una cura, pero requieren que los pacientes tomen medicamentos inmunosupresores de por vida, lo que conlleva riesgos graves. Durante décadas, los investigadores han buscado una mejor manera de reponer las células pancreáticas perdidas. Ahora, los datos de este grupo que se publican en hoy «Nature» acerca un paso más hacia la curación de la enfermedad.

Gracias al empleo de la tecnología de células madre, los investigadores han logrado fabricar los primeros grupos de células pancreáticas productoras de insulina humana capaces de evadir el sistema inmunológico. Estos grupos de células con «protección inmunitaria» controlaron la glucosa en sangre sin fármacos inmunosupresores una vez trasplantado en un modelo animal de ratón.

Una parte fundamental del nuevo estudio fue desarrollar una manera de hacer crecer células de tipo beta en un entorno tridimensional que se aproxima al páncreas humano

«La mayoría de los diabéticos tipo 1 son niños y adolescentes», señala el profesor Ronald Evans, autor principal del estudio. «Es una enfermedad que históricamente ha sido difícil de manejar con medicamentos. Esperamos que la medicina regenerativa en combinación con la protección inmunológica pueda marcar una diferencia real al reemplazar las células dañadas con grupos de células similares a islotes humanos generados en laboratorio que producen cantidades normales de insulina a demanda».

En un estudio previo, el laboratorio de Evans superó uno de los mayores problemas en esta campo: las células beta derivadas de células madre producían insulina, pero no eran funcionales. Las células no liberaban insulina en respuesta a la glucosa, ya que simplemente tenían poca potencia, explica Evans. Su equipo descubrió un interruptor genético llamado ERR-gamma que cuando se gira, «turbo-carga»las células.

«Cuando agregamos ERR-gamma, las células tienen la energía que necesitan para hacer su trabajo -señala Michael Downes, coautor de ambos estudios-. Estas células son saludables y robustas y pueden administrar insulina cuando detectan niveles altos de glucosa».

Una parte fundamental del nuevo estudio fue desarrollar una manera de hacer crecer células de tipo beta en un entorno tridimensional que se aproxima al páncreas humano. Esto les proporcionó a las células una propiedad similar a un islote. Es importante destacar que el equipo descubrió que una proteína llamada WNT4 podía activar el interruptor de maduración impulsado por ERR-gamma. Esta combinación de pasos generó grupos de células funcionales que imitan los islotes humanos: los llamados organoides similares a islotes humanos (HILO).

A continuación, el equipo abordó el complejo tema del rechazo inmunológico. Los trasplantes de tejido normal requieren terapias inmunosupresoras de por vida para proteger el tejido de los ataques del sistema inmunológico; sin embargo, estas terapias también aumentan el riesgo de infecciones.

Inspirado por el éxito de los medicamentos de inmunoterapia para el cáncer, el equipo mostró inicialmente que la proteína de control PD-L1 protegía las células trasplantadas. «Al expresar PD-L1, que actúa como un bloqueador inmunológico, los organoides trasplantados pueden esconderse del sistema inmunológico», explica el primer autor Eiji Yoshihara.

Yoshihara desarrolló un método para inducir PD-L1 en HILO con pulsos cortos de la proteína interferón gamma. Cuando se trasplantaron a ratones diabéticos, estos HILO inmunoevasivos proporcionaron un control sostenido de la glucosa en sangre en ratones diabéticos con sistemas inmunitarios sanos.

«Este es el primer estudio que demuestra que se pueden proteger los HILO del sistema inmunológico sin manipulación genética -destaca Downes-. Si podemos desarrollar esto como terapia, los pacientes no necesitarán tomar medicamentos inmunosupresores».

Este es el primer estudio que demuestra que se pueden proteger los HILO del sistema inmunológico sin manipulación genética 

No obstante, los autores advierten de que es necesario realizar más investigaciones antes de que este sistema pueda llegar a ensayos clínicos. Los organoides trasplantados deben probarse en ratones durante períodos de tiempo más largos para confirmar que sus efectos son duraderos. Es preciso trabajar más para garantizar que también sean seguros de usar en humanos. «Tenemos un producto que potencialmente podría usarse en pacientes sin requerir ningún tipo de dispositivo», concluye Evans

El estudio contribuye a los esfuerzos en curso para desarrollar terapias alternativas para tratar la diabetes que no dependen de fuentes de cadáver, que requieren inmunosupresión o tecnologías dependientes de dispositivos.

Un estudio que se acaba de publicar en la revista « Cell» sugiere que las personas que han padecido covid-19, incluso en sus formas más leves, puede estar, de alguna manera, protegidos frente a nuevas reinfecciones.

Según los investigadores del Instituto Karolinska (Suecia), las personas que han tenido una covid-19 leves pueden desencadenar respuestas robustas de las células T de memoria, incluso en ausencia de respuestas detectables de anticuerpos específicos del virus.

Y esta respuesta generada por la exposición natural o la infección con el SARS-CoV-2, destacan los autores, puede ser un componente inmunológico determinante para prevenir reinfecciones más graves.

Mientras esperamos una vacuna, comenta el coordinador de la investigación, Marcus Buggert, «resulta fundamental determinar si las personas expuestas o infectadas, especialmente las que tienen formas asintomáticas o muy leves de la enfermedad, desarrollan sólidas respuestas inmunitarias de adaptación contra el coronavirus».

Hasta ahora, apenas hay datos de reinfección en humanos documentados. La mayoría de los estudios sobre la protección inmune contra el SARS-CoV-2 en humanos se han centrado en la inducción de anticuerpos neutralizantes. Pero las respuestas de los anticuerpos tienden a disminuir y no son detectables en todos los pacientes, especialmente en aquellos con formas menos severas de covid-19.

En modelos animales de ratones se ha demostrado que las respuestas de las células T memoria inducidas por vacunas, que pueden mantenerse durante muchos años, protegen contra el virus relacionado con el SARS-CoV-1, incluso en ausencia de anticuerpos detectables

Sin embargo, en modelos animales de ratones se ha demostrado que las respuestas de las células T memoria inducidas por vacunas, que pueden mantenerse durante muchos años, protegen contra el virus relacionado con el SARS-CoV-1, incluso en ausencia de anticuerpos detectables. Pero hasta ahora no estaba claro cómo se relacionan las respuestas de las células T específicas del SARS-CoV-2 con las respuestas de los anticuerpos o con el curso clínico de covid-19 en humanos.

Lo que ha evaluado el equipo de Buggert son las respuestas de las células T y los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 en más de 200 individuos de Suecia en todos los escenarios de exposición, infección y enfermedad.

Así, han visto que durante la fase aguda de la infección, las respuestas de las células T se asociaron con varios marcadores clínicos de la gravedad de la enfermedad. Tras la recuperación de covid-19, se detectaron respuestas de las células T de memoria específicas del SARS-CoV-2.

Aunque las respuestas más fuertes de las células T estaban presentes en los individuos que se recuperaron de una covid-19 más grave, en los pacientes con las formas más leves también había respuesta de células T memoria

Y, aunque las respuestas más fuertes de las células T estaban presentes en los individuos que se recuperaron de una covid-19 más grave, en los pacientes con las formas más leves también había respuesta de células T memoria y en miembros de la familia expuestos al virus que no desarrollaron la enfermedad.

Los investigadores vieron que los 23 individuos que se recuperaron de la covid-19 más grave desarrollaron los dos tipos de respuestas: anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2 y de células T. Pero, sorprendentemente, las respuestas de las células T de memoria específicas del SARS-CoV-2 se detectaron meses después de la infección en los miembros de la familia expuestos y en la mayoría de los individuos con un historial de covid-19 mucho menos grave, a veces en ausencia de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2.

El siguiente paso obvio es determinar si las respuestas robustas de las células T de memoria en ausencia de anticuerpos detectables pueden proteger contra el covid-19 a largo plazo

Así, entre los 28 familiares expuestos, sólo 17 presentaron respuestas de anticuerpos detectables, mientras que casi todos (26/28) sí tenían respuestas de células T. Y entre los 31 individuos que se recuperaron de covid-19 leve, casi todos tuvieron respuestas detectables de anticuerpos (27/31) y desarrollaron respuestas de células T (30/31).

«Nuestros hallazgos sugieren que la dependencia de las respuestas de los anticuerpos puede subestimar el alcance de la inmunidad a nivel de la población contra el SARS-CoV-2. El siguiente paso obvio es determinar si las respuestas robustas de las células T de memoria en ausencia de anticuerpos detectables pueden proteger contra el covid-19 a largo plazo», concluye Buggert.

Los países de las Américas han implementado estrategias innovadoras para impulsar los programas de inmunización durante la pandemia COVID-19, pero las preocupaciones sobre el riesgo de exposición, así como los desafíos para acceder a los servicios durante el confinamiento, han llevado a una reducción en las coberturas de vacunación, según los resultados de una serie de encuestas internas de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

Las encuestas se llevaron a cabo con los consultores de los programas de inmunización de la OPS en 16 países de América Latina y 22 del Caribe, y muestran que a medida que las políticas de confinamiento han disminuido y se han relajado, la prestación de servicios regulares de vacunación ha aumentado.

Esto se debe a la aplicación de medidas que incluyen la vacunación a personas en automóviles, centros móviles de vacunación, la vacunación en los hogares y otros lugares estratégicos como los bancos y escuelas vacías, así como la comunicación digital para hacer hincapié en la importancia de la inmunización durante una pandemia.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el Resumen de la situación de los programas nacionales de inmunización durante la pandemia de COVID-19 revela que la preocupación pública en torno al riesgo de exposición al nuevo coronavirus ha afectado la demanda de servicios de vacunación. Otras razones, como el confinamiento o el distanciamiento físico, así como las limitaciones en el transporte público, también han llevado a una reducción de las coberturas de vacunación y a un aumento de las brechas existentes.

Informes de 23 países reflejan una disminución que varía entre el 12% y el 14% en la cantidad de las dosis de las vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), y el sarampión, las paperas y la rubéola (SRP) administradas a los niños en comparación con el mismo período del año pasado, particularmente en marzo.

El doctor Cuauhtémoc Ruiz Matus, jefe del Programa de Inmunización de la OPS, hizo hincapié en la necesidad de que “los países continúen implementando medidas y estrategias innovadoras para llegar a aquellos que no han sido vacunados”. También pidió más iniciativas de comunicación social “para transmitir mensajes a la población sobre la importancia de la inmunización para mantener a las personas sanas y protegidas de las enfermedades prevenibles mediante vacunas”.

En la encuesta, los participantes de 17 países informaron un impacto en la vigilancia epidemiológica debido a un cambio en las prioridades hacia los casos del virus SARS-CoV-2. Sin embargo, otros factores como recursos humanos dedicados a responder a la pandemia, la reducción de las investigaciones en terreno y el tamizaje para enfermedades prevenibles por vacunación, así como la detención del envío de muestras para su análisis, también han impactado la vigilancia. Los participantes de las encuestas también indican que la notificación de casos ha disminuido significativamente.

El cierre de las fronteras internacionales y los problemas con el transporte internacional también ha dado lugar a dificultades en la administración de vacunas y suministros para los programas nacionales de inmunización, con encuestados en 18 países (47%) describiendo problemas de información en esta área.

De quienes respondieron las encuestas en 38 países, 12 también hicieron hincapié en la interrupción de los servicios de laboratorio debido a la reordenación del trabajo para el diagnóstico de casos de COVID-19.

La publicación analiza las encuestas realizadas cada dos semanas desde abril hasta el 6 de julio. Las encuestas muestran que los servicios de vacunación regulares han aumentado lentamente en los últimos meses. Todos los encuestados informaron que los servicios de vacunación estaban abiertos en la encuesta más reciente.

La pandemia a causa de la Covid-19 impactó a nivel mundial en la población desde el punto de vista social y económico, pero sin lugar a duda se vio un significativo cimbronazo a nivel sanitario. Los sistemas de salud a nivel global se vieron desbordados frente a la rápida propagación del virus y hoy es necesario comenzar a revertir esta situación. Ello implica no desatender las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, oncológicas, respiratorias u otras, que, de acuerdo con la OMS, ocasionan al año 5,5 millones de muertes en la región de las Américas. Por eso, en forma inédita, las sociedades médicas más importantes del país se unieron para desarrollar un documento que resalta el riesgo que implica su desatención.

Las 26 sociedades médicas que adhirieron al documento son la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP),  Sociedad Argentina de Hematología (SAH), Academia Nacional de Medicina, Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Asociación Argentina para el Estudio de Enfermedades del Hígado (AAEEH), Sociedad Argentina de Reumatología (SAR), Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), Sociedad Argentina De Vacunología y Epidemiología (SAVE), Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO), Sociedad Argentina de Urología (SAU), Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA), Sociedad Argentina de Cancerología (SAC), Asociación Argentina de Hemoterapia, Inmunohematología y Terapia Celular (AAHITC), Sociedad Argentina de Medicina (SAM), Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT), Sociedad Argentina de Emergencias (SAE).

"La atención primaria de salud puede satisfacer más del 80 por ciento de las necesidades de las personas en todas las edades y en todas las etapas de la vida. Hoy observamos una reducción superior al 60% en la consulta espontánea de enfermedades agudas y crónicas. En tanto, existe una fuerte caída en prácticas médicas, donde por ejemplo las endoscopias digestivas se redujeron en un 80% y las cirugías generales en un 73%2", advirtió el Dr. Edgardo Smecuol, Presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE).  

La enfermedad cardiovascular en la Argentina provoca entre 90.000 y 100.000 muertes cada año y es la primera causa de mortalidad. Hoy, la pandemia provocó una disminución en la atención cardiológica mayor al 50%, incluidas las internaciones por emergencias y los procedimientos cardiovasculares. "De mantenerse la actual situación de sub-atención hasta octubre, podría haber en el país entre 6.000 y 9.000 muertes adicionales y prevenibles por afecciones cardiovasculares", alertó el Dr. José L. Navarro Estrada, Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología. 

Por su parte, las áreas de Endocrinología y Diabetes también se vieron impactadas por la pandemia, registrándose una caída del 68% en la consulta médica según una encuesta realizada por Fine Research en más de 5.000 médicos de América Latina.

"Estamos observando una tasa de abandono del tratamiento cercana al 35% en pacientes con diabetes: la pandemia y la cuarentena tienen consecuencias directas en la atención de patologías crónicas. Además, existe un riesgo aumentado en las enfermedades metabólicas y cardiovasculares relacionado con el cambio en los hábitos alimentarios, el aumento de peso y la reducción de la actividad física, que se estima en un 25 a 35%", enfatizó la Dra. Graciela Fuente, Presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes.

Otra de las enfermedades cuya atención se vio impactada es la oncológica. "La mortalidad por cáncer va a aumentar como consecuencia de la demora en acceder al diagnóstico y al tratamiento. Además, las sesiones programadas de quimioterapia y radioterapia se redujeron a un tercio. La pandemia de COVID-19 está teniendo un efecto disruptivo sobre la detección temprana del cáncer, de hecho se observa una caída del 70 al 80 % en mamografías y colonoscopias, entre otros procedimientos", indicó el Dr. José María Lastiri, Presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica.

La atención pediátrica tampoco escapó al contexto actual. La Argentina cuenta con un calendario Nacional de Vacunación para todas las etapas de la vida y, según datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA, un 22% de los hogares demoró la vacunación de sus niños por efecto de la cuarentena, correspondiendo mayoritariamente a los estratos socioeconómicos medios y bajos. Mientras que el 44% reportó postergar la visita de control o preventiva de salud.

Es clave recuperar y mantener la confianza de la población en la seguridad y capacidad del sistema de salud para satisfacer de manera segura las necesidades esenciales y controlar el riesgo de infección en los establecimientos de salud.

Más allá de las enfermedades mencionadas, el impacto de esta pandemia también se vio en salud mental, en enfermedades inflamatorias de la piel como la psoriasis y la dermatitis atópica, en artritis reumatoidea y fertilidad, entre otras.

"Estamos convencidos de que, en medio de la respuesta de emergencia, deben realizarse todos los esfuerzos correspondientes para concientizar de la importancia de continuar la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles agudas y crónicas. Se debe fomentar un comportamiento adecuado para la búsqueda de atención y la adhesión de la comunidad a los consejos de salud. Sin dudas, se requiere de sistemas de salud fuertes y sustentables, pero también de modelos innovadores para brindar continuidad en la atención médica, entre ellos la telemedicina, reduciendo el estrés en los efectores de salud", concluyeron desde las Sociedades.

 

Argentina y México producirán la vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y la empresa farmacéutica AstraZeneca que se distribuirá para Latinoamérica, anunció hoy el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, lo que permitirá que el país pueda tener prioridad a la hora de acceder a la misma. Se estima que la potencial vacuna de AstraZeneca-Oxford estará disponible para el primer semestre de 2021.

El Presidente explicó que AstraZeneca eligió al laboratorio argentino mAbxience para producir el principio activo de la vacuna, lo que “es un inmenso desafío para la industria nacional y México será el encargado de envasar la vacuna y finalmente se distribuirá de forma equitativa según la demanda de cada país”.

El mandatario destacó que el acuerdo entre el laboratorio AstraZeneca con el apoyo de la Fundación Slim “es un proyecto sin fines de lucro que nos han permitido acceder a una vacuna a un precio razonable de 3 a 4 dólares por dosis”, al tiempo que subrayó que “es un gran alivio para el futuro, pero no es una solución para el presente”.

“Es una gran noticia que México y Argentina sean los puntos referenciales en la producción de esta vacuna y que sea una solución para el continente. Seguimos trabajando con otros proveedores para ver primero cuál es la más efectiva, y segundo cuándo podemos contar con ella”, sostuvo Fernández al referirse a las otras opciones de vacunas que se encuentran en estudio.

El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, se mostró “contento porque estamos tratando de asegurar el acceso a la vacuna y una manera de asegurarlo es que el precio sea razonable. Estamos orgullosos porque no es fácil producir la materia prima de una vacuna de esta complejidad”.

El titular de la cartera sanitaria nacional, quien estuvo acompañado por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, señaló que “tener la capacidad de producción local, no solo es una muy buena noticia para toda Latinoamérica, sino que también es una seguridad de acceso a la vacuna en tiempo y forma”.

Las autoridades además adelantaron que habrá prioridades para el acceso a la vacuna, entre los que se encuentran los trabajadores de salud y las personas con patologías previas.

Durante la reunión con AstraZeneca, previa al anuncio, Agustín Lamas, Presidente de la firma para la Región del Cono Sur comentó: “este acuerdo destaca el gran nivel de profesionales, la calidad de la ciencia y las capacidades de fabricación que tiene nuestro país. Si los ensayos clínicos resultasen resultados positivos, esta alianza estratégica proporcionará acceso temprano a la potencial vacuna COVID-19 para Argentina”.

Desde el laboratorio estiman llegar a un piso de producción de 150 millones de dosis y un techo de 250 millones. Se calcula que en Latinoamérica, excluyendo a Brasil, se van a necesitar 230 millones de dosis.

El pasado 20 de julio se publicó en la revista científica The Lancet un estudio hecho con 1077 voluntarios -adultos sanos de entre 18 y 55 años- que mostró que la vacuna de Oxford es segura y una dosis generó en el 95 por ciento de los participantes un aumento en los anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.

Actualmente la vacuna se encuentra desarrollando los estudios de Fase III lo que la posiciona como la vacuna más adelantada.

El cáncer de próstata se origina cuando se forman células cancerosas en los tejidos de la próstata; es una enfermedad que tiene diferentes grados de agresividad según se encuentre localizado o en estadios avanzados (metastásico).La metástasis ocurre cuando estas células se propagan a otros órganos del cuerpo, generalmente huesos, ganglios linfáticos, hígado o pulmón. Es uno de los cánceres más frecuentes. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer,aproximadamente 1 de cada 9 hombres recibirá un diagnóstico de cáncer de próstata en el transcurso de su vida.

 

En Argentina, de acuerdo con las estimaciones de incidencia del Observatorio Global de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, se estiman más de 11.000 casos anuales, que representan el 20% de todos los tumores malignos en varones y 9% de la totalidad de cánceres del país. Afecta principalmente a mayores de 65 años y muchas veces es difícil de prevenir dado que ciertos factores de riesgo como la edad o los antecedentes familiares, no se pueden controlar. Este tumor también suele crecer muy lentamente, por lo que a menudo no presenta síntomas de forma temprana. En etapas avanzadas, los síntomas más frecuentes son: aumento en la frecuencia al orinar, flujo urinario débil, urgencia al orinar (aunque estos síntomas también pueden presentarse en enfermedades benignas de la próstata), sangrado en la orina y dolor pélvico o lumbar.

 

“No hay estadísticas en nuestro país en esta etapa de la enfermedad, pero se estima que en Argentina entre el 4 % y el 50% de los pacientes son diagnosticados en etapas avanzadas (con metástasis) dependiendo de qué controles médicos y exámenes de rastreo se realicen” afirmó el Dr. Daniel Coppola, médico urólogo-oncólogo del Hospital Español y Hospital Álvarez [MN: 95433]

 

El cáncer de próstata es uno de los cánceres más estudiados en los últimos 15 años. Apalutamida, una molécula de Janssen, compañías farmacéuticas de Johnson & Johnson, que está disponible en Argentina desde el año 2019, demostró recientemente en base al estudio clínico de fase 3 TITAN resultados alentadores para el tratamiento de pacientes con cáncer de próstata, que ha avanzado e invadido otros órganos, pero que todavía responde favorablemente a la terapia hormonal. La combinación de este tratamiento estándar con apalutamida mostró reducir en 33% el riesgo de muerte y retrasar la progresión del cáncer en un 52%.

 

La terapia hormonal, también conocida como ADT por sus siglas en inglés referentes a “terapia de privación de andrógenos” (AndrogenDeprivationTherapy), tiene por objetivo reducir los niveles de las hormonas masculinas, llamadas andrógenos, que estimulan el crecimiento de las células cancerosas. Los andrógenos principales son la testosterona y la dihidrotestosterona. En general, logra reducir el tamaño de los cánceres o que crezcan más lentamente; sin embargo, la terapia hormonal por sí sola no cura el cáncer de próstata[v]y hay también cierto perfil de pacientes que no responde o que lo hace de forma parcial.

 

"El cáncer de próstata es más difícil de tratar una vez que se propaga a otros órganos. Para ciertos pacientes la terapia estándar (ADT) por sí sola, a menudo, no es suficiente", expresó el Dr. Kim Chi, médico oncólogo de BC Cancer - Vancouver e investigador principal del estudio TITAN. "Los resultados de TITAN mostraron que, independientemente de lo avanzada que esté la enfermedad, los pacientes con cáncer de próstata metastásico y que son sensibles, es decir que aun responden a la terapia hormonal, tienen el potencial de beneficiarse del tratamiento combinado de apalutamida y terapia hormonal (ADT)".

 

 “Cuando el cáncer de próstata se extiende a otros órganos la enfermedad se considera incurable y las probabilidades de sobrevida se reducen, por lo que contar con nuevas opciones terapéuticas para este perfil de pacientes es una gran noticia, con impacto en la sobrevida global. Esto quiere decir que si reciben apalutamidahay una reducción del 33 % de riesgo de muerte.Los resultados del estudio TITAN sugieren que la combinación de apalutamida con la terapia hormonal (ADT), debería ser el nuevo estándar para tratar a estos pacientes” destacó el Dr. Daniel Coppola.

 

"Buscamos día a día mejorar el estándar de atención mientras continuamos investigando terapias innovadoras para todas las etapas de la enfermedad. Independientemente de cuán avanzada esté la enfermedad tenemos el potencial de cambiar la forma de como hoy se trata el cáncer de próstata, retrasando su progresión y prolongando la supervivencia", señaló la Dr. Paula Barreyro, Directora de Asuntos Médicos y Regulatorios de Janssen Latinoamérica Sur.