La vitamina D podría reducir las complicaciones en los pacientes hospitalizados con Covid-19. Según un estudio publicado en la revista «PLOS ONE», aquellos que tenían suficiente vitamina D, con un nivel en sangre de 25-hidroxivitamina D de al menos 30 ng / ml, tienen un riesgo significativamente menor de resultados clínicos adversos incluyendo pérdida del conocimiento, hipoxia y muerte.
«Este estudio proporciona evidencia directa de que la suficiencia de vitamina D puede reducir las complicaciones, incluida la tormenta de citocinas (liberación de demasiadas proteínas en la sangre demasiado rápido) y, en última instancia, la muerte por Covid», explica el autor correspondiente Michael F. Holick, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (EE.UU.).
El estudio obtuvo muestras de sangre para medir el estado de vitamina D (nivel sérico medido de 25-hidroxivitamina D) de 235 pacientes ingresados en el hospital con coronavirus. Los investigadores controlaron a los pacientes para determinar los resultados clínicos, incluida la gravedad clínica de la infección, pérdida del conocimiento, dificultad para respirar que provocó hipoxia y muerte.
La sangre también se analizó en busca de un marcador inflamatorio (proteína C reactiva) y de la cantidad de linfocitos. Por último, los investigadores compararon todos estos parámetros en pacientes que tenían deficiencia de vitamina D con aquellos que tenían suficiente vitamina D.
Aquellos pacientes que tenían suficiente vitamina D tenían un 51,5 por ciento menos de probabilidades de morir a causa de la infección en comparación con los pacientes que eran deficientes o insuficientes en vitamina D.
Los resultados mostraron que en los pacientes mayores de 40 años, aquellos con suficiente vitamina D, tenían un 51,5 por ciento menos de probabilidades de fallecer a causa de la infección en comparación con los pacientes que eran deficientes o con poca vitamina D con un nivel en sangre de 25-hidroxivitamina D inferior a 30 ng / mL.
Holick, que recientemente publicó un estudio en el que se determinó que una cantidad suficiente de vitamina D puede reducir el riesgo de contraer el coronavirus en un 54%, cree que el hecho de que la vitamina D sea suficiente ayuda a combatir las consecuencias de estar infectado no sólo con el coronavirus sino también con otros virus que causan enfermedades del tracto respiratorio superior, incluida la gripe.
«Existe una gran preocupación de que la combinación de una infección de gripe y una infección viral coronaria pueda aumentar sustancialmente las hospitalizaciones y la muerte debido a las complicaciones de estas infecciones virales», añade.
Según Holick, este estudio proporciona una estrategia simple y rentable para mejorar la capacidad de luchar contra el virus corona y reducir los resultados clínicos adversos, incluida la necesidad de asistencia respiratoria, una respuesta inmune hiperactiva que conduce a una tormenta de citocinas y la muerte.
«Debido a que la deficiencia e insuficiencia de vitamina D está tan extendida en niños y adultos en los Estados Unidos y en todo el mundo, especialmente en los meses de invierno, es prudente que todos tomen un suplemento de vitamina D para reducir el riesgo de infección y complicaciones por Covid-19», recomienda.
La transmisión del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus continúa avanzando con diferentes estadios de evolución en todo el mundo. Hasta que se disponga de una o más vacunas o agentes terapéuticos eficaces, las medidas básicas de prevención de infecciones, como el enmascaramiento universal, el distanciamiento físico y la higiene de las manos, ofrecen la protección más conocida contra la enfermedad.
En entornos de atención de la salud, la protección ocular es un parte importante del conjunto de equipo de protección personal (EPP) recomendado para los profesionales de atención médica de primera línea que entran en contacto cercano y prolongado con pacientes, incluidos aquellos que están infectados con SARS-CoV-2.
Se usa protección para los ojos, como gafas protectoras o una careta con una máscara o un respirador que cubre la nariz y la boca, protege los ojos y las membranas mucosas frente a este virus que puede ser transmitido por gotitas respiratorias que lo contienen, posiblemente por partículas virales transportadas por el aire en núcleos de gotitas más pequeños, o al tocarse la cara o ojos con manos contaminadas con virus.
Sin embargo, hasta la fecha, las pautas de salud pública no recomiendan que los miembros del público, fuera del entorno de atención médica, usen ningún tipo de protección para los ojos además del uso de una máscara, el distanciamiento físico y el lavado de manos.
Según informes publicados en los últimos años, la prevalencia de la miopía en China es ahora de más del 80% de la población. El uso de anteojos es común entre los chinos de todas las edades. Sin embargo, desde el brote de COVID-19 se detectaron pocos pacientes con anteojos que ingresaron en la sala del hospital.
Un estudio de pacientes en la provincia de Hubei, China, al comienzo de la pandemia en el que encontraron que, entre un grupo de 276 pacientes ingresados en un hospital con COVID-19 confirmado por laboratorio, la proporción de pacientes que informaron usar anteojos habitualmente más de 8 horas al día fue menor que en la población general. A partir de estos datos, los autores concluyen que usar anteojos más de 8 horas al día puede proteger contra la infección por SARS-CoV-2, y plantean la hipótesis de que esto puede deberse a que los anteojos actúan como una barrera que reduce la frecuencia con la que las personas se tocan los ojos.
Detrás de los cristales
El documento demuestra una aparente asociación inversa entre el uso rutinario de anteojos y el riesgo de COVID-19 posterior. Se deben considerar las posibles consecuencias no deseadas antes de concluir que las personas deben usar anteojos u otros tipos de protección ocular en público para prevenir el COVID-19. El uso de gafas protectoras, un protector facial o incluso anteojos puede suponer un mayor riesgo de tocarse los ojos con más frecuencia y potencialmente contaminarlos al quitar, reemplazar o ajustar la protección ocular, especialmente si una persona no está acostumbrada a usarla.
La autocontaminación al quitarse el EPP es un riesgo bien documentado que se debe considerar cuidadosamente antes de recomendar a las personas que usen una nueva variante e EPP. La distancia física para mantener entre las personas es una intervención vital que, si se implementa de manera consistente, puede obviar la necesidad de un equipo de protección personal adicional o protección ocular en entornos públicos.
El informe plantea la posibilidad de que el uso de protección ocular por parte del público en general pueda ofrecer algún grado de protección contra COVID-19. Se necesitan más estudios retrospectivos y prospectivos para confirmar la asociación que se observó en este estudio y para determinar si existe algún beneficio incremental al usar anteojos u otras formas de protección ocular en entornos públicos, además de usar una máscara y el distanciamiento físico, para reducir el riesgo de adquirir SARS-CoV-2.
Los principales resultados fueron las proporciones de usuarios diarios de anteojos entre los pacientes ingresados en el hospital con COVID-19 y entre la población local. Se recopilaron datos sobre el historial de exposición, los síntomas clínicos, las enfermedades subyacentes, la duración del uso de anteojos y el estado de la miopía y la proporción de personas con miopía que usaban anteojos en la provincia de Hubei. Las personas que usaban anteojos durante más de 8 horas al día se definieron como usuarios a largo plazo.
“Las mucosas nasales, bucales y oculares son las vías principales de contagio del virus y en este último caso es especialmente relevante que se extreme la limpieza de aquellos elementos que usamos para mejorar nuestra visión -declaró el jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Quirón de Marbella, doctor Nabil Ragaei-. Si se sale habitualmente con lentes a la calle, la mejor opción es limpiarlas con alcohol para desinfectarlas totalmente”.
Datos con buena vista
Todos los que usaban anteojos durante más de 8 horas al día tenían miopía (5,8%). La proporción de personas con miopía en la provincia de Hubei, según un estudio anterior, fue del 31,5%, mucho más alta que la proporción de pacientes con COVID-19 que tenían miopía en esta muestra.
Los estudios han demostrado que las personas normales se tocan los ojos involuntariamente unas 10 veces por hora. Los ojos generalmente carecen de protección y se ha encontrado una abundancia del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 del receptor del SARS-CoV-2 en la superficie ocular, a través de la cual el SARS-CoV-2 puede ingresar al cuerpo humano.
El virus también puede transportarse a la mucosa nasal y nasofaríngea a través de la irrigación continua del conducto lagrimal, provocando una infección respiratoria. Según las estadísticas disponibles, entre el 1% y el 12% de los pacientes con COVID-19 tienen manifestaciones oculares. Se detectó SARS-CoV-2 en lágrimas o en los sacos conjuntivales de pacientes con COVID-19 y se informó que algunos oftalmólogos se infectaron durante el tratamiento de rutina.
El vocero de la Academia Estadounidense de Oftalmología, doctor Thomas Steinemann, explica en detalle: "primero te tocás tu ojo y luego otras partes de tu cuerpo. Te frotás los ojos, luego la cara, te la rascás, te ponés los dedos en la boca y en la nariz. Algunas personas no son muy higiénicas y pueden haberse olvidado de lavarse las manos primero..
Por lo tanto, los ojos se consideran un canal importante para el COVID-19 para entrar en el cuerpo humano. Para los usuarios diarios de anteojos, su uso puede convertirse en un factor protector, lo que reduce el riesgo de transferencia de virus a los ojos y conduce a concluir que quienes utilizan lentes por períodos largos rara vez se infectan.
“Actualmente -explica Weibiao Zeng, especialista de la Universidad de Nanchang -muchas pautas de COVID-19 establecen la necesidad de prestar atención a la prevención de infecciones a través de los ojos, pero la mayoría de las personas solo se enfocan en usar máscaras y aislamiento en el hogar, ignorando recomendaciones como lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos con las manos. Los resultados de este estudio se pueden utilizar como evidencia de la importancia de estas dos recomendaciones”. Infobae.
Según informaron fuentes del Ministerio de Transporte, el producto testeado resultó eficaz en el combate de bacterias, destacándose sobre todo por su efectiva y larga duración en las superficies y las pruebas fueron realizadas por personal del ANLIS Malbrán, en formaciones de la línea Roca y se está comenzando en la planificación de prueba de otro producto para uso aerocomercial.
Tras el éxito de la innovadora fórmula, el objetivo es ampliar su utilización a otras modalidades de transporte mediante un trabajo coordinado con los organismos descentralizados dependientes del Ministerio de Transporte, en tanto que, para uso aerocomercial, se comenzó a planificar la prueba correspondiente de otro tipo de fórmula de similares características.
Al respecto, el ministro de Transporte, Mario Meoni sostuvo que “junto a Trenes Argentinos Operaciones y el Instituto Malbrán trabajamos para desarrollar y probar productos de larga duración que nos permitan combatir de manera más efectiva la supervivencia del Covid-19 en superficies, así como otros virus o bacterias en el transporte público”.
“Asumimos -dijo- el compromiso, desde que comenzó la pandemia, de proteger tanto a los pasajeros como a los trabajadores en el transporte público, a través de la puesta en marcha de una serie de protocolos de limpieza y desinfección de las unidades, hasta con apps innovadoras para la reserva de uso del tren en las horas pico. Las pruebas realizadas dieron buenos resultados, lo que nos permitirá incorporar este tipo de producto al protocolo de desinfección en las diferentes modalidades de transporte público de pasajeros”.
Durante las pruebas, se aplicó el desinfectante de superficies Bioplan 250H al 1% (solución acuosa), utilizando pulverizadores manuales. Para la desinfección del instrumental de las cabinas de conductores Norte y Sur, se utilizaron paños para no dañar el interior del instrumental, mientras que para el control microbiológico se utilizaron placas Rodac con medio de cultivo TSA con el objetivo de analizar el proceso de desinfección de superficies como asientos, apoya brazos, pisos, ventanas, micrófono etc.
La fórmula, desarrollada por la empresa Diransa, además de prevenir la propagación del coronavirus, también es efectiva en el combate de otras bacterias, hongos y virus como la escherichia coli, salmonela, hepatitis, influenza, entre otras. Inactiva diferentes virus que causan enfermedades y que están presentes en medios de transportes, establecimientos públicos y privados de salud, industrias, instituciones educativas y oficinas, entre otros.
En coordinación con el Ministerio de Salud, durante la investigación se estudiaron 4 fórmulas, siendo seleccionada una de ellas, por haber sido una de las que mejores resultados demostró y por ser, además, de producción 100% nacional.
Expertos de la Unidad de Virología y Epidemiología Molecular (UVEM) del Hospital Garrahan desarrollaron en tiempo récord el primer ensayo de carga viral por PCR (en inglés, Polymerase Chain Reaction) en tiempo real para SARS-CoV-2 que permitirá evaluar la efectividad de los tratamientos en pacientes con COVID-19.
“Los avances científicos en relación al coronavirus son una gran noticia porque nos permite profundizar nuestros conocimientos sobre esta enfermedad y brindarnos nuevas herramientas para combatirla”, expresó el Presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, Guillermo González Prieto y añadió que “para nosotros como Hospital Garrahan es un inmenso orgullo poder colaborar articuladamente con otras áreas del Estado para avanzar en la detección y tratamientos de los pacientes”.
Hasta el momento, los test de PCR arrojaban resultados cualitativos, es decir, determinaban la presencia o no del genoma del virus SARS-CoV-2 en un paciente, mientras que con el ensayo se podrán determinar la cantidad de copias de genoma viral que carga esa persona: desde 10 a más de 100 millones de copias de virus por reacción.
El proyecto de investigación denominado “Desarrollo de metodologías moleculares rápidas para el diagnóstico y monitoreo de la infección por SARS-CoV-2”, está a cargo de la Unidad de Virología y Epidemiología Molecular -UVEM- del Hospital Garrahan y es financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
El procedimiento consiste en la realización del hisopado o aspirado traqueal, se toma una fracción y se hace una extracción del ARN, genoma del virus. Luego, se realiza el ensayo propiamente dicho de la carga viral que es una PCR cuantitativa en tiempo real para el gen viral y un gen celular para calcular la relación entre la cantidad de material viral y celular.
“El valor obtenido se extrapola directamente en una base de datos previamente validada que da un resultado final en copias por reacción o por mililitro de muestra, por ejemplo 100, 1000, 100 millones de copias de SARS-CoV-2 por cada mililitro”, explicó la Dra. Andrea Mangano, jefa de la UVEM e investigadora del CONICET.
“Es una gran satisfacción haber logrado en dos meses este primer ensayo de carga viral por PCR en tiempo real para SARS-CoV-2, lo que nos va a permitir saber cuánta carga de virus tiene un paciente y tomar decisiones en relación al tratamiento a partir de esos datos”, celebró Mangano e indicó que el proyecto incluye distintas etapas de desarrollo, producción y comercialización del test.
El equipo que trabajó en el proyecto está integrado por especialistas en virología, biotecnólogos, genetistas, bioinformáticos y técnicos. Por el Garrahan, participaron los doctores Matías Moragas, María Florencia Fernández, Marcelo Golemba y la bioquímica Daniela Borgnia.
La lista de enfermedades persistentes de COVID-19 es más larga y variada de lo que la mayoría de los médicos podría haber imaginado. Las secuelas reportadas en todo el mundo incluyen fatiga, latidos cardíacos acelerados, falta de aliento, dolor en las articulaciones, pensamiento confuso, pérdida persistente del sentido del olfato y daños en el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro.
En este sentido, una investigación publicada en la revista científica The Lancet Neurology reveló que un hombre de 45 años, que fue internado en el Hospital Universitario Samson Assuta de Israel por COVID-19, notó que luego de ser internado su letra había cambiado y se había vuelto más pequeña y menos legible que antes. Comenzó a tener dificultades para hablar y escribir. También tuvo episodios de temblor en la mano derecha.
El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente luego del mal de Alzheimer. Se estima que para 2030 su prevalencia se duplicará y afectará a unas 9 millones de personas en el mundo.
Lo que sorprendió a los médicos es que el paciente no informó antecedentes familiares de enfermedad de Parkinson, tampoco había estado expuesto a neurotoxinas o drogas recreativas. Una tomografía computarizada del cerebro mostró secuencias de recuperación de inversión de difusión y atenuada por líquido en la resonancia magnética y un electroencefalograma fueron todos normales. La secuenciación de próxima generación se realizó para detectar otros genes relacionados con la enfermedad de Parkinson pero esto también fue negativo. El paciente fue diagnosticado con parkinsonismo, cumpliendo los criterios de la escala unificada de calificación de la enfermedad de Parkinson.
La enfermedad se produce cuando las células que generan dopamina, principales transmisores químicos del cerebro que posibilita la comunicación entre neuronas, dejan de funcionar de manera prematura, dificultando la coordinación de los movimientos finos de los músculos. Si bien el síntoma más conocido refiere a los temblores, puede afectar también la capacidad de caminar, hablar, escribir e incluso tragar, dificultando las tareas diarias y la rutina del padeciente.
Durante sus 9 días de internación, el paciente comenzó a quejarse de temblores en ambas piernas, más en el lado derecho que en el izquierdo, y aumento de la frecuencia urinaria. Al momento del alta, todavía tenía letra ilegible, entre otros síntomas.
No está claro el mecanismo que llevó a la presunta degeneración de las terminales nerviosas dopaminérgicas nigroestriatales. Una hipótesis podría ser que el virus causa inflamación a través de la activación microglial, contribuyendo a la agregación de proteínas y la neurodegeneración. Sin embargo, el breve intervalo de tiempo entre la infección aguda y los síntomas parkinsonianos hace que esta hipótesis sea poco probable. Otros investigadores han propuesto la denominada hipótesis de impacto múltiple, por la cual la combinación de estrés tóxico y una inhibición de las respuestas neuroprotectoras puede conducir a la muerte neuronal.
La enfermedad de Parkinson a menudo está precedida por anosmia, que es una característica común de la infección por SARS-CoV-2. La activación inmune en el sistema olfativo podría eventualmente conducir al desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Además, los pacientes con enfermedad de Parkinson tenían una respuesta elevada de anticuerpos a los coronavirus estacionales, en comparación con los controles sanos de la misma edad.
Por el momento, con la pandemia aún en curso, nadie sabe qué tan lejos en el futuro perdurarán los síntomas y si el COVID-19 provocará la aparición de enfermedades crónicas. Y lo que se observa es que la probabilidad de que un paciente desarrolle síntomas persistentes es difícil de precisar y no estaría relacionado con que la persona haya presentado un cuadro grave de la enfermedad.
Llegó al país un nuevo test que permite detectar el virus SARS-CoV-2 en tan sólo 15 minutos, como método de ayuda en el diagnóstico de COVID-19. Esta nueva tecnología fue desarrollada por la compañía norteamericana Becton Dickinson (BD), empresa líder en tecnología de la salud que cuenta con más de 120 años de experiencia en el mundo y 25 años en la Argentina.
“Es una tecnología innovadora a nivel mundial que detecta el virus SARS CoV2 dentro de los cinco días desde el inicio de los síntomas obteniendo los resultados en 15 minutos. El dispositivo es de lectura fácil y objetiva en pantalla digital y permite imprimir o exportar el resultado a un sistema informático, lo cual posibilita una mejor y más rápida trazabilidad de posibles contagios. Además, favorece la intervención rápida y el manejo correcto de los pacientes con COVID-19.”, afirma Marco Musitano, Director General de Becton Dickinson en Cono Sur.
El método de examen es poco invasivo, ya que se realiza hisopando las fosas nasales. El procesamiento de la muestra es muy sencillo y la lectura del resultado se realiza en el dispositivo portátil BD Veritor™ Plus Analyzer.
Este nuevo test tiene un costo inferior al test por PCR y permitirá ampliar de manera significativa el acceso al diagnóstico en el país. Asimismo, debe considerarse que es de uso exclusivo para profesionales de la salud (habilitados para realizar el diagnóstico) e instituciones sanitarias.
“Otra característica fundamental es que la prueba posee un valor predictivo positivo (VPP) del 100% y un valor predictivo negativo (VPN) del 97,5%. Esto significa que el resultado positivo es sin duda positivo, y que existe un muy pequeño margen en el cual un resultado negativo es presuntivo”, explica Leandro Zuza, Director de la Unidad IDS en Becton Dickinson para Cono Sur. “A diferencia de un test serológico -cuyo objetivo es la detección de anticuerpos en un individuo que ya tuvo contacto con el virus- esta prueba de antígenos identifica a personas con el virus SARS-CoV-2 activo con mayor celeridad que una prueba de PCR, cuyo resultado puede demorar varias horas y/o días”, agrega Zuza.
Esta técnica de diagnóstico está disponible mundialmente desde hace más de 10 años y es utilizada para la detección de otros virus respiratorios, como el virus influenza. Esta actualización, que incorpora el reactivo para la detección de COVID-19, cuenta con la Autorización de Uso de Emergencia de la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos de América y se encuentra en el Listado de Productos autorizados por ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) para COVID-19 (https://www.argentina.gob.ar/noticias/reactivos-covid-19). Ya está disponible y siendo empleada con éxito en diversas instituciones de Estados Unidos, y se implementará también en varios países de Latinoamérica (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), debido a que esta región es considerada uno de los mercados prioritarios para la Compañía.
En el país, se confirmaron 22 casos de síndrome inflamatorio multisistémico asociado a Covid-19 (SIM-C), una complicación rara, pero de alto riesgo, en los chicos y que, desde hace dos meses, es parte de la definición de caso sospechoso para los menores de 18. Siete ya recibieron el alta y especialistas coinciden en que es clave la consulta pediátrica rápida para su diagnóstico y tratamiento oportunos.
Cuando el virus empezaba a circular en el hemisferio sur, medios internacionales advertían sobre una afección misteriosa en los chicos por el nuevo virus pandémico. En los hospitales pediátricos de Inglaterra, Francia, España, Italia, Suiza y varios estados de Estados Unidos, como Nueva York y California, los médicos atendían pacientes con una respuesta inmunológica exagerada (inflamación en la piel, los ojos, los vasos sanguíneos o el corazón) y fiebre de varios días.
Los casos aparecían en las guardias semanas después de haber tenido Covid-19 o haber estado en contacto con un familiar u otra persona con la enfermedad. A mediados de junio, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) dio la voz de alerta, pero hasta ahora no se sabía a cuántos chicos podría haber afectado.
"Hemos observado en muy pocas ocasiones que algunos chicos desarrollan un síndrome inflamatorio pediátrico multisistémico, descripto inicialmente en Europa y Estados Unidos, con fiebre, dolores musculares generalizados e inflamación de los vasos arteriales", explicó entonces, a través de un comunicado, la infectóloga Elizabeth Bogdanowicz, prosecretaria general de la SAP. Ahora, con casos confirmados y varios más en estudio, agrega que el SIM-C aparece dos o tres semanas después de que los chicos finalizaron la enfermedad.
Detectados
Los 22 casos detectados no superan los 14 años; ocho son de la ciudad y, el resto, de la provincia de Buenos Aires. Aún no se confirmaron casos en el resto del país. Entre estos 15 varones y siete mujeres, hay ocho menores de 5 años, ocho de entre 6 y 9 años y seis que tienen entre 10 y 14 años. Solo en 14 casos se detectó la infección por la prueba por PCR; los ocho restantes se confirmaron por nexo epidemiológico, con o sin la detección de anticuerpos para Covid-19.
Siete ya recibieron el alta. Nueve demandaron cuidados críticos; seis recibieron asistencia respiratoria mecánica, de acuerdo con la Dirección Nacional de Epidemiología e Información Estratégica.
Estos datos, que corresponden al último día de agosto, coinciden con la publicación del protocolo para la atención del SIM-C del Ministerio de Salud de la Nación. El síndrome está incorporado en la definición de caso sospechoso de Covid-19 en menores de 18 desde julio pasado.
Los síntomas iniciales para la consulta temprana son fiebre durante tres o más días junto con dos o más de cinco síntomas que incluyen erupciones en la piel, edema en las manos y los pies, inflamación de la piel, conjuntivitis, malestar gastrointestinal (diarrea, vómitos o dolor abdominal) o cansancio excesivo, entre otros signos que se deben confirmar clínicamente.
"Es una gran reacción inflamatoria que en unos chicos es incompleta y parcial, mientras que en otros es muy importante -continúa Bogdanowicz-. Más allá de los síntomas más generales, cuando la respuesta afecta varios sistemas, ahí el cuadro es importante y grave. Los chicos necesitan estar internados y recibir tratamiento. Se puede ver en pacientes más grandes, de hasta 19 o 20 años."
El tratamiento incluye medidas de sostén general y, al principio, es similar al que se usa para la enfermedad de Kawasaki, que comparte con el SIM-C la inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos.
En medio de las investigaciones que se llevan adelante para el desarrollo de una vacuna segura y eficiente contra el coronavirus, buscan en Argentina a 3 mil voluntarios para probar el fármaco elaborado por la compañía china Sinopharm.
La selección para el ensayo clínico en nuestro país se canaliza a través de la Fundación Huésped y en apenas unas horas tuvo más de 700 interesados.
La Fundación Huésped fue elegida elegida para gestionar el estudio de la candidata desarrollada por el CNBG (China National Biotech Group), afiliado al China National Pharmaceutical Group (Sinopharm), en colaboración con el BIBP (Instituto de productos Biológicos de Beijing). En Argentina, el patrocinador del estudio serán los laboratorios Elea-Phoenix.
La Red Vacunar también fue elegida como uno de los centros de experimentación.
En tanto, los investigadores de referencia en nuestro país serán Pedro Cahn (director científico de Huésped), e integrantes del comité científico de Vacunar, los infectólogos Ricardo Rüttimann, Pablo Bonvehí y Florencia Cahn.
Sobre la búsqueda de voluntarios, se sabe que está orientada a personas sanas mayores de 18 años, que por su historia clínica y examen físico tengan un buen estado de salud y sean elegibles en base a una larga lista de criterios de exclusión. Entre ellos, se incluye que no tengan ni hayan tenido Covid-19.
Los voluntarios participarán de las pruebas de manera gratuita y no remunerada. Solo se cubrirían los gastos de traslado hasta el lugar de vacunación.
Cómo será el estudio
Se trata de un estudio doble ciego aleatorizado y por ello los participantes serán divididos al azar en dos grupos: unos recibirán la vacuna y otros placebo, pero ni os investigadores ni los participantes sabrán qué recibió cada uno.
Durante el proceso, los participantes deberán mantener los recaudos sanitarios generales, como lo hace cualquier persona en la actualidad.
Los voluntarios recibirán una dosis y permanecerán 30 minutos en observación. Luego seguirán con sus actividades normales y estarán bajo constante monitoreo telefónico.
A los 21 días, recibirán la segunda administración.
El estudio tiene un plazo estimado de un año de duración.
¿Los niveles de vitamina D están asociados con los resultados de las pruebas para la covid-19? Esa fue la pregunta con la que arrancó el estudio de dos médicos que hacen parte del Departamento de Medicina de la Universidad de Chicago (EE.UU.).
Para darle respuesta al interrogante, los investigadores trabajaron con la data de 489 pacientes que se realizaron la prueba desde el 3 de marzo al 10 de abril de 2020.
El objetivo era analizar su estado de vitamina D un año antes de que cada uno de ellos se hubiera sometido al test y confirmar si había más probabilidades de dar positivo si tenían niveles deficientes de vitamina D.La investigación titulada 'Asociación del estado de vitamina D y otras características clínicas con los resultados de la prueba COVID-19' encontró que "de 172 pacientes cuyo nivel de vitamina D más reciente fue deficiente, 32 dieron positivo para covid-19 en comparación con 39 participantes cuyo último nivel de vitamina D no fue deficiente".
El estudio asegura que el riesgo relativo de dar positivo en la prueba de covid-19 fue 1,77 veces mayor para los pacientes con probable estado deficiente de vitamina D en comparación con los pacientes con probable estado suficiente de vitamina D. "Una diferencia que fue estadísticamente significativa" señalan.
El texto, publicado en la revista JAMA Network Open, explica que la vitamina D fortalece la inmunidad innata, por lo que "podría esperarse que disminuya la infección y transmisión de la enfermedad causada por el coronavirus".
Esta afirmación la hacen después de exponer que "la vitamina D modula la función inmunológica a través de efectos sobre las células dendríticas y las células T que pueden promover la eliminación viral y reducir las respuestas inflamatorias que producen síntomas".
Estos hallazgos podrían hacer pensar a las personas que tomar suplementos de esta vitamina podría ser una forma de prevenir la covid-19. Sin embargo, otros estudios han aclarado que esto no es así.
Por ejemplo un estudio internacional publicado en mayo en el BMJ, Nutrition, Prevention and Health confirmó que no hay suficientes pruebas científicas que demuestren que esta vitamina puede ser beneficiosa para prevenir o tratar el coronavirus.
Incluso los científicos que realizaron ese estudio creen que actualmente no existe un vínculo firme entre la ingesta de vitamina D y la resistencia a las infecciones de las vías respiratorias.
Dicha guía aconseja tomar un suplemento de vitamina D de diez microgramos diarios en los meses de invierno, de octubre a marzo, y durante todo el año si la exposición al exterior es limitada.
A pesar de esto, el estudio de los miembros de la Universidad de Chicago insiste en que "se necesitan ensayos clínicos aleatorios de intervenciones para reducir la deficiencia de vitamina D y determinar si esas intervenciones podrían reducir el riesgo de contraer covid-19".
Nueve cursos virtuales y más de 60 seminarios web en español y en inglés sobre diferentes aspectos de la COVID-19 y su abordaje son ofrecidos en forma libre y gratuita a través del Campus Virtual de Salud Pública (CVSP) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La oferta educativa incluye un curso sobre precauciones básicas; higiene de manos en los establecimientos de salud, que sintetiza las directrices de la OMS; otro sobre cómo ponerse y quitarse el equipo de protección de personal, que apunta a que el personal de salud pueda protegerse correctamente de la COVID-19; y otro sobre prevención y control de infecciones causadas por el nuevo coronavirus.
También se ofrecen cursos sobre ayuda psicológica en emergencias, manejo clínico de infecciones respiratorias agudas graves, como COVID-19; infecciones respiratorias: salud y seguridad ocupacional; y virus respiratorios emergentes, incluidos el SARS-CoV-2, que causa la COVID-19.
“Los cursos de autoaprendizaje son de acceso libre y gratuitos. Las personas pueden tomarlos a su propio ritmo, sin tiempos definidos y de manera autónoma”, explicó Gabriel Listovsky, coordinador regional del CVSP. Por otro lado, el Campus Virtual también ofrece cursos con tutorías, que son coordinados por equipos docentes y tienen fechas de inicio y finalización. Las personas que reúnen los requisitos pueden postularse a estos últimos. La OPS expide certificados para los cursos finalizados.
Las opciones de aprendizaje en línea del Campus Virtual de la OPS también incluyen los webinarios llevados adelante por expertos de la organización y socios desde el inicio de la pandemia. Entre los temas abordados, que pueden ser revisitados en cualquier momento, figuran servicios de sangre y plasma de convaleciente, recomendaciones sobre el uso de desinfectantes químicos, prevención del suicidio, y salud mental y apoyo psicosocial para trabajadores de la salud, entre otros.
Los participantes del Campus Virtual también pueden acceder en forma libre a los materiales educativos de cursos finalizados, como guías, presentaciones, videos y bibliografía utilizada.