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La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente de la piel caracterizada por enrojecimiento, descamación y picazón intensa. Se manifiesta frecuentemente en la niñez y el relevamiento internacional EPI-CARE, del que participó Argentina, reveló recientemente que, en nuestro país, tienen dermatitis atópica alrededor del 9.7% de los niños, pero, entre ellos, del 27.9% presentan las variantes moderada y severa. Sin embargo, a pesar de ser tan frecuente e invalidante en la infancia, no había suficientes opciones terapéuticas y las que había no lograban sostener un buen control en el tiempo.

La Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso del biológico dupilumab para tratar la dermatitis atópica severa a partir de los 6 años (se venía utilizando a partir de 12 años desde 2021 y en adultos desde 2019, con resultados de eficacia y seguridad consistentes).

"Es una enfermedad mayoritariamente pediátrica, sumamente habitual en nuestros consultorios, pero las herramientas modernas que venían desarrollándose, lógicamente se estudiaban y aprobaban primero en adultos y luego en adolescentes, por lo que las conocíamos por su eficacia en esas poblaciones. Hace tiempo esperábamos poder tenerla a disposición para los niños que la necesiten", explicó la Dra. Margarita Larralde, médica dermatóloga, Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán.

El tratamiento de la dermatitis atópica comienza con el cuidado diario de la piel, con humectación constante con cremas y emolientes, evitando la exposición a irritantes como algunas telas, perfumes y cambios en la temperatura del ambiente, entre otros. Luego, se indican corticoides tópicos, fototerapia y, en un escalón siguiente, si son necesarios, se consideran los tratamientos sistémicos, entre los cuales se encuentran los biológicos como el dupilumab[10].

La Dra. Carla Castro, médica dermatóloga, Coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral, explicó que "muchos niños logran un muy buen manejo solamente con cremas y emolientes, con o sin corticoides. Pero, aquellos cuya dermatitis atópica sea más severa necesitarán tratamientos sistémicos y este es el primer biológico diseñado específicamente para esta enfermedad, porque veníamos utilizando otros tratamientos inespecíficos, con eficacia variable o con niveles de toxicidad que no los hacían aptos para algunos niños o para su uso sostenido en el tiempo".

Cuando la piel pica mucho todo el tiempo

"Los padres nos cuentan que escuchan a sus hijos rascarse toda la noche; se lastiman la piel y, a partir de ahí, el roce con cualquier prenda de ropa o con el agua de la ducha puede ser doloroso. ¿Cómo van a concentrarse en la escuela si van varias veces por semana casi sin dormir?; ¿cómo juegan con sus amigos si solo pueden pensar en rascarse, lo que, además, les infecta la piel? Si el niño transpira en el recreo, puede desencadenar un brote; si el aula está demasiado calefaccionada, lo mismo, y así con muchas situaciones cotidianas", puntualizó la Dra. Paula Luna, médica especialista en Dermatología y Dermatología Infantil del Hospital Alemán.

Un capítulo aparte son además las miradas que la piel atópica genera: "todavía tenemos un largo camino por recorrer para erradicar de una buena vez los mitos alrededor de las enfermedades de la piel de origen inflamatorio y autoinmune. No contagian y la persona que la tiene lo que necesita es nuestra empatía, porque tal vez la esté sufriendo demasiado como para agregar a eso que los demás lo señalen o le impongan una distancia", subrayó Dr. Claudio Parisi, Jefe de las secciones Alergia Adultos y Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires.

A veces, no solo es la dermatitis atópica, porque el mismo proceso inflamatorio que desencadena esta enfermedad, conocido como 'inflamación de tipo 2', es ocasionado por una sobreactivación del sistema inmunológico que produce descontroladamente una serie de proteínas (entre otras, las interleuquinas 4 y 13) y también interviene en el desarrollo de otras enfermedades que pueden aparecer en forma simultánea, como el asma, la rinitis alérgica y las alergias alimentarias.

El tratamiento biológico

"A veces, existe cierto temor o reticencia de los padres -y médicos no acostumbrados a los nuevos medicamentos-  a dar el salto de las cremas a un tratamiento sistémico para sus hijos, aun cuando claramente estas no estén siendo suficiente. Sin embargo, los tratamientos biológicos modernos, presentan un muy buen perfil de seguridad y han demostrado obtener rápidamente beneficios significativos y sostenibles en el tiempo", agregó la Dra. Luna.

En un estudio clínico internacional de fase III, doble ciego, que duró 16 semanas, participaron 367 niños con DA severa: un grupo recibió dosis de dupilumab 300 mg cada 4 semanas + corticoides tópicos, otro recibió el tratamiento cada dos semanas, con una dosis ajustada según peso corporal + corticoides tópicos y el tercero recibió placebo y los mismos corticoides.

A las 16 semanas, significativamente más pacientes que recibían la medicación mejoraron entre 3 y 4 puntos el promedio de picos de picazón y también redujeron notoriamente las lesiones de la piel como así también otras consecuencias de esta enfermedad, como ansiedad, depresión y descanso nocturno. Se vieron beneficios en todos los parámetros que midió el estudio.

"En definitiva, este estudio demostró que los beneficios de indicar esta medicación en niños son consistentes con los que ya conocíamos de su uso en adolescentes y en adultos. Mejoran el doble o el triple determinados indicadores objetivos y subjetivos, impactando positivamente en la vida de todos los días de estos pacientes y sus familias", explicó el Dr. Parisi.

Esta medicación también mejoró aquellas comorbilidades asociadas como el asma y la rinosinusitis. Además, como al controlar la DA se recompone la barrara cutánea, reduce el riesgo de infecciones en la piel y el perfil de seguridad también fue consistente con lo que ya se conocía de la medicación, con eventos adversos de leves a moderados y manejables durante el estudio.

"Los dermatólogos ya contamos con experiencia en el manejo de enfermedades crónicas de la piel con medicamentos biológicos modernos. Hace varios años venimos tratando muy bien la psoriasis en niños, por lo que podemos aplicar toda esa experiencia y conocimiento a la dermatitis atópica. A algunos padres les preocupa empezar a usar medicamentos de este tipo, pero estamos sumamente capacitados para su manejo en los casos específicos en que consideremos que serán el tratamiento de elección", aclaró la Dra. Castro.

"Era importante que pudiéramos empezar a darles respuesta a los niños que presentan las mayores manifestaciones de esta enfermedad. Años atrás prácticamente no teníamos herramientas para hacerlo y valoramos enormemente los avances de la medicina que nos han permitido conocer más sobre el desarrollo de esta enfermedad y, a partir de allí, poder contar hoy con mejores maneras de tratarla", completó la Dra. Larralde.

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Se aprobó en Argentina la indicación de un medicamento biológico, el dupilumab, para el tratamiento de la dermatitis atópica severa en adolescentes de entre 12 y 17 años. Este ya se encontraba aprobado para su uso en adultos desde 2019. La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, crónica y recurrente de la piel, que se caracteriza por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor enrojecimiento, costras e infecciones. Suele comenzar en edades tempranas (aunque puede desencadenarse directamente en la adultez) y se calcula que afecta a entre el 15-30% de los niños. Si bien muchos casos mejoran y se curan pasada la adolescencia, otras veces se perpetúa en la vida adulta; algunos estudios sugieren que afecta a entre el 2 y el 10% de los adultos.

"Es una muy buena noticia que contemos con más y mejores tratamientos para los cuadros graves en adolescentes, porque para ese grupo había opciones limitadas y necesidades ciertamente insatisfechas", manifestó la Dra. Carla Castro, médica dermatóloga, Coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral.

El tratamiento de esta enfermedad, que por su gravedad puede ser leve, moderada o severa, requiere un enfoque integral y debe partir desde el primer escalón, que es la educación para el cuidado diario de la piel, con humectación constante y evitando la exposición a irritantes como determinadas telas, perfumes y cambios en la temperatura del ambiente, entre otros.

Los primeros tratamientos son cremas y emolientes, luego corticoides tópicos, fototerapia y, si el paciente no responde o no son adecuados, se consideran los tratamientos sistémicos, entre los cuales se encuentran los biológicos como el dupilumab.

El grado de severidad de la dermatitis atópica se determina a partir de diferentes clasificaciones internacionales validadas para objetivar la severidad, que consideran el porcentaje de la superficie corporal afectada por lesiones y su ubicación (el impacto tiende a ser mayor cuando estas están ubicadas en manos, rostro y genitales, por ejemplo). Y también se tienen en cuenta aspectos más subjetivos como el grado de picazón y cuánto repercute en la calidad de vida, en términos de descanso nocturno y dificultad para realizar con normalidad actividades de todos los días.

"La evaluación del grado de severidad de la enfermedad y del nivel de control que se obtiene con los tratamientos se hace en el consultorio, pero hoy el médico no es la única palabra a la hora de tomar decisiones sobre si estamos en el esquema terapéutico y el camino correctos, sino que se tiene sumamente en cuenta cómo el paciente siente y evalúa su enfermedad", puntualizó el Dr. Claudio Parisi, Jefe de las secciones Alergia Adultos y Alergia Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires .

En un contexto de enfermedad crónica, que es la historia de la vida de muchos de los pacientes, el día a día puede ir tornándose complejo y originar alteraciones psicológicas, cuadros de aislamiento, ansiedad, angustia y depresión1. "Particularmente, los niños y adolescentes atraviesan una etapa de sus vidas en la que van dándose cambios en su cuerpo y pueden verse influenciados, como todos, por la percepción de los demás. En ocasiones, la propia piel es la carta de presentación ante el resto y esto puede generar mucha angustia y a veces los pacientes ven significativamente impactada su autoestima", explicó la Dra. Castro.

Respecto de los mecanismos que desencadenan esta enfermedad, el Dr. Parisi reconoció que en los últimos años, se profundizó mucho el grado de entendimiento sobre la dermatitis atópica: "hoy sabemos que coexisten defectos de la barrera de la piel, con un proceso inflamatorio conocido como 'de tipo 2', ocasionado por una sobreactivación del sistema inmunológico que produce descontroladamente una serie de proteínas (entre otras, las interleuquinas 4 y 13), cuyo impacto se manifiesta en la piel, pero también puede alterar la mucosa respiratoria, desencadenando asma, poliposis nasal o rinosinusitis, y la mucosa gástrica, generando alergias alimentarias. Con frecuencia, algunas de estas condiciones coexisten en el mismo paciente".

Tratamiento biológico en adolescentes

En un estudio clínico que incluyó 251 pacientes con dermatitis atópica moderada a severa, de entre 12 y 17 años, el uso de dupilumab demostró mejorar significativamente los indicadores o scores que se midieron, tales como la superficie corporal afectada y la intensidad de las lesiones, el nivel de picazón e impacto en el descanso nocturno. Más pacientes mejoraron rápido, en pocas semanas, en términos de picazón, por ejemplo, y más siguieron mejorando a lo largo del tiempo en relación con el grupo control. Además, menos pacientes necesitaron medicaciones de rescate (como corticosteroides tópicos o sistémicos o inmunosupresores sistémicos no esteroideos).

"A veces, existe cierto temor o reticencia de los padres a dar el salto a un tratamiento sistémico para sus hijos, aun en los casos en los que claramente los tópicos y emolientes no son suficientes. Sin embargo, los tratamientos biológicos modernos, como el dupilumab, presentan un perfil de seguridad muy amplio, con evidencia de ofrecer beneficios sostenidos en el tiempo, con estudios a 3 años. Igualmente, todo esto se habla en la consulta con el paciente y sus padres, para determinar juntos el mejor esquema de tratamiento para esa etapa de la enfermedad", agregó la Dra. Castro.

En la misma línea, el Dr. Parisi refirió que "los estudios a largo plazo describieron que este es un medicamento seguro y eficaz. Además, no tiene un efecto inmunosupresor, sino que es un inmunomodulador, por lo que no aumenta riesgo de infecciones e inclusive logra una disminución de las infecciones severas de la piel y del aparato respiratorio".

Otro mensaje importante, agregó el especialista, es que, "en este contexto de pandemia, los pacientes tratados con dupilumab no presentan riesgo incrementado de contraer enfermedad por COVID-19 o de desarrollar cuadros más complejos si se contagian".

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Aunque los cuadros más severos de la dermatitis atópica (DA) son menos frecuentes que las variantes leves de la enfermedad, se manifiestan con brotes en la piel, con picazón intensa y persistente, dolor, enrojecimiento, costras, secreciones y sobreinfecciones. Para controlarlos, había una clara necesidad insatisfecha: las alternativas terapéuticas disponibles no lograban mejorar significativamente las lesiones en la piel o producían efectos adversos considerables. Ahora, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó en nuestro país el uso de una droga denominada dupilumab, indicada para tratar la dermatitis atópica severa en adultos.

La Dra. Carla Castro, médica dermatóloga, Coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral, detalla que

“es la primera terapia aprobada específicamente para la DA severa, con lo cual representa una muy buena noticia para los pacientes. Ahora este grupo específico que se ve más afectado por la enfermedad podrá contar con una nueva herramienta que ha demostrado resultados muy esperanzadores para mantenerla bajo control”.

 

En los estudios del programa de investigación clínica que avalan la seguridad y eficacia de dupilumab, se demostró que al año de iniciado el tratamiento, 2 de cada 3 pacientes (65%) presentaban una mejoría de al menos 75% de la extensión y severidad de sus lesiones. Asimismo, 4 de cada 10 pacientes (41%) mostraron una reducción de al menos 4 puntos en la escala numérica de la picazón (1-10)  tras 16 semanas de comenzado el tratamiento.

 

En tanto el Dr. Pedro Herranz, Jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, España, subraya que

“la disponibilidad de dupilumab supone un cambio de paradigma en el tratamiento de los pacientes con dermatitis atópica grave. Se trata del primer fármaco biológico dirigido expresamente a modificar las alteraciones inmunológicas que producen la enfermedad y que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento de estos pacientes, con un perfil de seguridad muy favorable”.

En cuanto al perfil de seguridad, dupilumab ha sido bien tolerado, siendo las molestias en el sitio de la inyección y la conjuntivitis los eventos adversos reportados con mayor frecuencia.

El verdadero impacto de esta enfermedad en la calidad de vida se ve en los casos moderados y severos. Tal como puntualizó Mariana Palacios, Presidente de la Asociación Dermatitis Atópica Argentina (ADAR), “los brotes pueden ser imprevistos y la picazón volverse tan intolerable que no te permite concentrarte en el trabajo, en los estudios, en una reunión social o en lo que sea que estés haciendo”.

En una encuesta que hicimos desde ADAR a pacientes argentinos, agregó la Sra. Palacios, “8 de cada 10 refirieron dormir mal por su enfermedad. A veces se los puede escuchar rascarse desde la otra habitación. Hasta ducharse puede doler, independientemente de la temperatura del agua. Por eso, es muy bueno que lleguen novedades para ayudar a estos pacientes”.

4 de cada 10 personas con DA severa sienten vergüenza por su condición y 1 de cada 2 se manifiesta frustrado por su enfermedad con frecuencia o siempre. Además, produce ausentismo laboral (el triple que una persona sana).

Mejor control de los casos severos

En su versión leve, la dermatitis atópica es frecuente, suele iniciarse en la infancia y la mayoría de las veces revierte con el tiempo. Sin embargo, 3 de cada 10 pacientes continúan padeciéndola tras la pubertad y también hay quienes comienzan a presentarla en la adultez. Es severa en cerca del 5% de los casos en adultos.

Los casos leves pueden controlarse con cremas emolientes, con corticoides tópicos y cuidados diarios de la piel, pero las personas con cuadros más complejos hasta ahora no obtenían respuestas satisfactorias con las opciones que tenían a disposición (fototerapia o terapias sistémicas inmunosupresoras como ciclosporina o metotrexato) y son los que más pueden beneficiarse con la novedad terapéutica, que es diferente de todo lo que había.

“Esta nueva medicación ayuda a controlar la alteración inmunológica de los pacientes de manera más específica. Por lo tanto, disminuye la inflamación de la piel sin alterar las funciones de las defensas. Uno de los problemas que tenemos con la dermatitis atópica es que el sistema inmunológico que está alterado para que se desarrolle la enfermedad es el mismo que nos defiende de las infecciones. Entonces, es importante que los tratamientos controlen este disbalance, sin afectar -en lo posible- los mecanismos de defensa de nuestro organismo. Ese es el caso de esta nueva alternativa terapéutica”, aportó la Dra. Castro, quien además integra el Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

La dermatitis atópica se desarrolla por una respuesta hiperactiva del sistema inmune que origina un proceso inflamatorio donde intervienen dos interleuquinas, la 4 y la 13, que son proteínas con una importancia central en el desencadenamiento de este proceso. Dupilumab es la primera y única terapia biológica específica aprobada en nuestro país y lo que hace es inhibir simultáneamente esas dos proteínas.

“Hasta ahora, los pacientes con dermatitis atópica severa que necesitan el uso de fármacos sistémicos requerían inmunosupresores con el riesgo adicional de toxicidad potencialmente grave. A partir de la aparición de dupilumab, se abre una esperanza clara para estos pacientes, ya que el nuevo medicamento es mucho más eficaz que los hasta ahora disponibles y, según los datos a mediano plazo, sin asociación a efectos indeseables graves”, concluyó el Dr. Herranz.

“A los pacientes con cuadros más severos, que quizás en el pasado se hayan frustrado porque los tratamientos que había no eran todo lo efectivos que esperaban o su nivel de toxicidad era elevado -continuó la Dra. Castro- les recomendamos que vuelvan al consultorio del dermatólogo o del alergólogo, porque con las nuevas medicaciones los resultados son muy alentadores y el horizonte es completamente diferente de lo que era años atrás”.

 
 
 
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