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Científicos argentinos, a través del programa del CONICET y Cáncer con Ciencia de Fundación Sales, desarrollan una vacuna para incrementar la respuesta antitumoral del organismo frente al melanoma, el más grave cáncer de piel.

Desde hace más de 25 años el equipo de investigación dirigido por el Dr. José Mordoh trabaja en el desarrollo de inmunoterapia basada en vacunas. Estas vacunas terapéuticas usan como fuente de antígenos líneas celulares de melanoma irradiadas, tratadas con citoquinas y administradas con BCG y rhGM-CSF como adyuvantes (vacuna CSF-470). En ensayos clínicos de fase I y II, pioneros en nuestro país, la vacuna demostró ser segura, con muy buena tolerancia y calidad de vida e incrementó la sobrevida libre de metástasis a distancia de pacientes con melanoma cutáneo en riesgo de recaídas, comparado al tratamiento con dosis medias de interferón alfa, señala el Dr. Mordoh.

A lo cual agrega: Estos estudios clínicos han beneficiado a los pacientes participantes y han generado un valioso banco de muestras para continuar trabajando y conocer los mecanismos subyacentes a la respuesta clínica observada. En los últimos años hemos trabajado intensamente con las muestras de células inmunes obtenidas de los pacientes vacunados y logramos establecer que la vacunación induce una respuesta inmune adaptativa que hace blanco en antígenos compartidos por los tumores de los pacientes, así como también induce/incrementa la respuesta inmune propia de cada paciente.

Actualmente, las investigaciones se centran en la identificación de los factores que determinan la respuesta o no al tratamiento en los pacientes. Si bien todos los pacientes tienen la misma enfermedad, el melanoma, aún es necesario identificar a aquellos que tendrán más posibilidades de generar una respuesta inmune efectiva para erradicar el tumor. Analizando las células tumorales y las células inmunes que infiltran los tumores, los científicos están buscando responder esos interrogantes y así poder mejorar el tratamiento para los pacientes.

El Dr. Mordoh señala que la inmunoterapia se ha consolidado en los últimos años como una modalidad terapéutica de peso en el tratamiento del cáncer. Varios anticuerpos monoclonales que bloquean los puntos de control inmune han sido aprobados luego de mostrar respuestas clínicas objetivas en tumores de difícil tratamiento, aunque solamente se observa el control de la enfermedad de manera prolongada en una cierta proporción de los pacientes. La administración de estos anticuerpos evitaría que el sistema inmunitario pierda su funcionalidad, inhibiendo los controles fisiológicos.

Este trabajo, en conjunto con el del resto de destacados investigadores, es posible gracias al apoyo de más de 125.000 donantes a Cáncer con Ciencia de la Fundación Sales.

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El grupo de Parasitología – Chagas, del Instituto Multidisciplinario de Investigación en Patologías Pediátricas (IMIPP, CONICET-Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), en el Hospital de Niños ‘Ricardo Gutiérrez’, coordinó los estudios clínicos de una formulación pediátrica, inédita, de un medicamento utilizado en el tratamiento de la enfermedad de Chagas -el nifurtimox-, que se adapta a las necesidades especiales de los pacientes pediátricos desde recién nacidos hasta los 18 años de edad.

Los resultados sobre la formulación pediátrica esta droga, una de los dos desarrolladas hace 5 décadas para el uso en la enfermedad en adultos, resultaron en la aprobación por la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), por lo que a nivel local estará de manera expeditiva aprobado su uso por ANMAT.

Este es un gran logro de la pediatría argentina y latinoamericana, que a partir de una red de investigación clínica con altos estándares de calidad, obtuvo respuesta a una necesidad regional que impactará en la atención de los más vulnerables”, consideró el Dr, Jaime Altcheh pediatra e investigador principal del CONICET, quien lidera el equipo de trabajo.

Utilizar, como hasta el momento, las presentaciones de adultos y adaptarlas a los niños conlleva un problema, y es que cuando se fraccionan las pastillas, no puede asegurarse que la concentración de la droga es la misma en cada parte. Esto genera el riesgo de dar menores o mayores dosis a las necesarias. “El desarrollo y validación, en estudios clínicos, de una formulación dispersable adaptada para niños resuelve este problema y facilitara el tratamiento”, aclara el investigador.

El estudio se llevó a cabo en 25 sitios de investigación, que conforman la Red de Investigación Clínica PEDCHAGAS, en Argentina, Bolivia, y Colombia entre 2016 y 2018, en conjunto con el laboratorio Bayer. Se trató de un ensayo clínico de fase III prospectivo, donde se evaluó la eficacia, seguridad y farmacocinética de nifurtimox en 330 niños con enfermedad de Chagas.

A pesar de estar aprobados para su uso en adultos desde la década del 70, es la primera vez que se hace un estudio farmacológico multicéntrico en pacientes pediátricos de este medicamento”, explica Altcheh.

Enfermedad de Chagas

El Chagas es una enfermedad causada por el parásito Trypanosoma cruzi, que transmite hacia el humano la vinchuca -Triatoma infestans-. También puede ser contagiado por transfusión sanguínea o trasplante de órganos, y durante la gestación, o por alimentos. Según datos publicados por la OMS, se calcula que en el mundo existen entre 6 a 7 millones de infectados, y en la Argentina, según estimaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, nacen 1200 niños con la enfermedad.

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Jueves, 23 Julio 2020 14:58

Spray nasal contra el COVID-19

Es sabido que uno de los principales accesos de las partículas virales del SARS-CoV-2 al organismo humano es la vía nasofaríngea. Por ese motivo, poder bloquear farmacológicamente esta puerta de entrada para el ingreso del virus, sobre todo en poblaciones que están muy expuestas a infectarse como el personal de salud, podría ayudar a reducir el número de casos de COVID-19.

Esta es una de las aplicaciones potenciales que un equipo de investigadores argentinos, enmarcados en un proyecto seleccionado en la convocatoria lanzada por la Unidad Coronavirus COVID-19 (conformada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, en el marco del Programa de Fortalecimiento Federal), visualiza en un spray nasal, que ya se comercializa en la Argentina y en otros dieciséis países para el tratamiento de resfríos comunes, cuyo principio activo es la carragenina.

Los carragenanos son polisacáridos (unión de muchos monosacáridos o azúcares) producidos por algunas algas rojas que, desde que fueron descubiertos hace alrededor de seiscientos años en un pueblo del norte de Irlanda, conocido justamente como Carraghen,, son utilizados como espesantes y estabilizadores de alimentos. En la actualidad, su uso está muy difundido, no sólo en la industria alimentaria, sino también en la farmacéutica y la cosmética.

Hace ya más de seis décadas, estudios científicos empezaron también a poner a prueba con éxito las propiedades antivirales de la carragenina. Así, diferentes ensayos, in vitro y en modelos animales, probaron su capacidad de inhibir distintos virus con envoltura, como el virus de la influenza B, virus herpes tipos 1 y 2, virus de la inmunodeficiencia humana, del papiloma humano, influenza A H1N1, dengue, rinovirus, hepatitis A, enterovirus y algunos coronavirus.

La acción antiviral de la carragenina se debería a que este compuesto polimérico funcionaría como una barrera eléctrica que, gracias a su carga negativa, se uniría a las partículas virales, cuya envoltura contiene proteínas con carga positiva, impidiendo así que el virus se una a la superficie de las células y bloqueando su ingreso a las mismas.

La carragenina puede “capturar” las partículas virales que liberan las células que ya fueron infectadas.

“Esto nos permite pensar que la carragenina, aplicada a través de un spray nasal, podría tener dos objetivos diferentes en relación con el SARS-CoV-2. Por un lado, frenar la infección por la vía nasal en individuos sanos, mediante el blindaje de las células que forman el epitelio de la mucosa nasofaríngea. Por otro, en el caso de pacientes infectados que fueron recientemente diagnosticados, impedir que la partículas virales liberadas por las células que mueren colonicen nuevas células, por ejemplo del epitelio olfatorio, y que eso le permita al patógeno esparcirse hacia nuevas vías, para terminar llegando al sistema nervioso central; o que infecten más células del epitelio respiratorio, en el camino hacia el aparato respiratorio inferior”, señala Osvaldo Uchitel, director científico del proyecto e investigador superior del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, CONICET-UBA), del que fue su primer director.

Si evitamos que el virus llegue al cerebro o a los bronquios y pulmones, entonces, el aparato respiratorio no se vería comprometido, y podríamos colaborar a reducir la cantidad de pacientes con COVID-19 en estado grave, o incluso moderado”, enfatiza Diana Jerusalinsky, otra de las integrantes del proyecto e investigadora principal del CONICET en elInstituto de Biología Celular y Neurociencia “Profesor Eduardo de Robertis” (IBCN; CONICET-UBA).

Uno de los síntomas frecuentes del COVID-19 es la anosmia o pérdida del olfato. De acuerdo con los investigadores, esto ocurriría debido a la colonización por parte del virus de células del epitelio olfatorio, desde donde puede viajar directamente hacia el sistema nervioso central, para atacar al centro respiratorio, y allí afectar a las neuronas de forma directa o, indirectamente, a través de procesos inflamatorios. Para Uchitel y Jerusalinsky, especialistas en neurociencia, impedir mediante un tratamiento temprano que esto ocurra es clave para evitar que las infecciones por SARS-CoV-2 comprometan el funcionamiento del sistema respiratorio.

“La idea es hacer dos ensayos clínicos. Uno, en el que participará personal salud de hospitales del AMBA, nos permitirá conocer en qué medida el spray puede ayudar a prevenir la infección por SARS-CoV-2 en personas con alta exposición al virus (habrá dos poblaciones: una que será tratada con carragenina y otra, control, que recibirá un spray sin carragenina, como placebo). El otro ensayo involucrará a pacientes con COVID-19 recientemente diagnosticados (no más de 48 horas) y con síntomas leves, y apuntará a ver si la carragenina aplicada a través del spray nasal puede contribuir a evitar que las partículas virales lleguen al sistema nervioso central”, afirma Uchitel.

Tanto los resultados de los experimentos realizados con modelos animales y líneas celulares in vitro (que constan en la literatura), como los ensayos clínicos que verificaron la eficiencia del spray nasal para tratar resfriados comunes (que involucran, en algunos casos, a virus de la familia de los coronavirus), permiten a los investigadores ser optimistas.

Los otros dos investigadores que participan de este estudio, Juan Manuel Figueroa, director clínico del proyecto y responsable de la Sección de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas José San Martín, y Lorena Itatí Ibáñez, investigadora del CONICET en el Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (ICT Milstein, CONICET-Fundación Pablo Cassará), presentaron en el 2015, en el 7° Congreso Argentino de Neumonología Pediátrica, un trabajo que mostró que la carragenina inhibe la replicación viral en cultivos de una línea de células de epitelio respiratorio humano infectadas con el virus de influenza H1N1.

“Otro aspecto importante de este proyecto es que, en caso de que los resultados de los ensayos clínicos sean los que esperamos -es decir, muestren la capacidad del spray para disminuir los casos con COVID-19 entre el personal de salud, y para impedir que en pacientes con poco tiempo de infección el virus termine comprometiendo al sistema respiratorio, evitando que el caso se agrave-, sería factible producir el fármaco masivamente y de forma económica. Hay que tener en cuenta que la carragenina también se usa en otros productos farmacológicos (además de en alimentos y cosméticos), y que está comprobado que no genera efectos adversos”, concluye Jerusalinsky.

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Investigadores argentinos desarrollaron un suero terapéutico destinado al tratamiento de pacientes infectados con Covid-19 luego de encontrar avances en pruebas in vitro sobre la capacidad de neutralizar el virus SARS-CoV-2. Este desarrollo es producto del trabajo público-privado encabezado por el laboratorio Inmunova y el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (ANLIS), con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, CONICET y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

Fuentes oficiales detallaron que se trata de "un suero hiperinmune anti- COVID-19 para inmunización pasiva" y que el grupo de especialistas comenzará la fase de ensayos clínicos en pacientes.

Este avance es de suma importancia debido a que la inmunoterapia pasiva es una de las estrategias terapéuticas que más se ensayan a nivel mundial y, a la vez, las que más prometen para disminuir el impacto y la letalidad del nuevo coronavirus.

Este proyecto, que fue uno de los seleccionados por la convocatoria “Ideas Proyecto COVID-19”, está enmarcado dentro de las acciones que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, llevan a cabo a través de la "Unidad Coronavirus COVID-19".

Se trata de tercer gran desarrollo nacional, luego de los dos test rápidos presentados por el Gobierno: el NEOKIT-COVID-19 que puede otorgar un diagnóstico en dos horas y ELA-CHEMSTRIP, realizado en conjunto con dos pymes tecnológicas y las Universidades Nacionales de San Martín y de Quilmes.

 

Cómo actúa en el organismo

La inmunización pasiva consiste en administrar anticuerpos a los pacientes contra el agente infeccioso, lo que produce su bloqueo y evita que se propague.

De esta forma actúa el suero, que es similar a los que se usan para tratar el envenenamiento por picadura de serpientes y alacranes, intoxicaciones por toxina tetánica, exposición al virus de la rabia e infecciones como la influenza aviar.

El investigador del CONICET en el Centro de Rediseño e Ingeniería en Proteínas (CRIP, UNSAM) y socio-fundador y director científico de Inmunova, Fernando Goldbaum, explicó: “A diferencia de las vacunas (inmunización activa) que permiten que una persona genere preventivamente sus propios anticuerpos contra determinados patógenos, el suero terapéutico introduce desde afuera anticuerpos que pueden actuar rápidamente en un paciente que ya está infectado. Cuando nos cortamos con un alambre, por ejemplo, lo primero que hacen en darnos un suero antitetánico y luego la vacuna”.

 

 

 
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Viernes, 15 Mayo 2020 21:57

Científicos argentinos crean un test rápido

El presidente Alberto Fernández anunció hoy la creación de testeos rápidos para detectar el coronavirus que fueron desarrollados por científicos argentinos.

El kit de diagnóstico rápido de tipo PCR, que ya fue aprobado por la ANMAT, lo desarrollaron el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y científicos y científicas del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (Conicet - FunTecnológico y la Innovacióndación Pablo Cassará).

No se cómo esto funciona en el mundo, pero los test rápidos (serológicos) no servían para conocer si uno está infectado o no, y estoy feliz de que (este kit) lo hayan hecho científicos argentinos. Estoy encantado. Tenemos la mejor calidad humana, científica, para ofrecer estas respuestas, y la Argentina los ha maltratado”, dijo el Presidente durante una reunión que mantuvo con los ministros de Salud, Ginés González García y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Roberto Salvarezzala; la titular del Conicet, Analía Franchi, y los científicos Adrián Vojnov Carolina Carrillo.

El Presidente agregó: "esto lo han hecho investigadores argentinos y lo produce un laboratorio argentino" Es tan importante para el desarrollo de un país porque esto demuestra que no dependemos de otros, esto es soberanía, y eso es lo importante y lo que todos deben entender. Los que siempre menospreciaron y no valoraron el trabajo de los científicos, los que piensan que Argentina está condenada a tener un rol de segunda en el mundo, somos capaces de hacer esto, que tiene un valor incalculable”.

Según informó el Gobierno, estos tests van a ser utilizados por el sector público para diagnosticar a pacientes con síntomas de COVID-19.

"Los primeros 10 mil test serán producidos durante los próximos 10 días, y en el corto plazo se podrían elaborar 100 mil test por semana"

En tanto, el primer mandatario agregó: “Estoy muy contento por muchos motivos: primero esto nos permite enfrentar el control de la pandemia de otro modo. No es el mejor modo ver cuántos de nosotros estamos inmunizados, que es lo que hacemos hoy con el test rápido, sino que (este nuevo test) nos permite conocer rápidamente quien está infectado y quién no, y tratarlo a partir de allí. También nos permite conocer quién está infectado y no tiene síntomas, que es uno de los problemas de los que siempre hablamos”.

En un comunicado, el Gobierno informó que " se proyecta una producción local de casi 500 kits por semana que permitirá alcanzar los 200 mil testeos mensuales" y que “el NEOKIT-COVID-19 permite testear muestras de ARN y no requiere equipamiento complejo (como los termocicladores en tiempo real)”.

Además, el Ejecutivo detalló que “el método que se usa en la actualidad para hacer el diagnóstico y el monitoreo es la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) en tiempo real, que conlleva una duración de 7 horas, y el resultado es informado al día siguiente. El nuevo test, que constituye un logro del Estado nacional en el marco de la pandemia de coronavirus, también tiene la ventaja de que puede mantenerse a temperaturas de entre 4 y 8 grados, sin la necesidad de un freezer”.

Tras el anuncio, el Presidente se reúne en la Quinta de Olivos con el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y el vice, Diego Santilli. “El nuevo test rápido será fundamental para diagnosticar casos de Covid-19 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, donde en los últimos días ha aumentado el contagio de forma considerable. Seguimos trabajando unidos para cuidar la salud de nuestra gente”, publicó Fernández en su cuenta de Twitter, un posteo que acompañó con la foto junto a Rodríguez Larreta y Santilli.

 

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A partir de la identificación de variables socioeconómicas, ambientales y del suelo, determinaron las áreas de mayor exposición y en las que hay una mayor presencia de infecciones por parásitos.

El objetivo de este estudio fue generar un mapa para guiar la implementación de encuestas y así determinar los datos de referencia en Argentina.

Con este propósito, los expertos clasificaron los factores más vinculados con la presencia de helmintos -gusanos- transmitidos por el suelo, de estudios previos realizados en otros países mediante el uso de un proceso de jerarquía analítica.

Los científicos, de la CONAE, CONICET y Mundo Sano, agruparon estas características en categorías: características socioeconómicas, ambientales y del suelo. El mapa resultante fue validado contra los estudios de prevalencia puntuales realizados en el país y mostró que la a partir de las provincias centrales hacia el norte, tiene localidades con condiciones apropiadas para el desarrollo de estos parásitos.

22 expertos en helmintos transmitidos por el suelo participaron en la encuesta desarrollada para el proceso de jerarquía analítica con el fin de determinar su importancia en relación con la presencia de infección por parásitos.

”En Argentina no se cuenta con información amplia ni actualizada sobre la prevalencia de estas parasitosis, por lo cual para dar respuesta a esta necesidad, la fundación Mundo Sano -cuya misión es desarrollar modelos de gestión eficaces que sean replicables, sustentables, escalables y transferibles-, junto con expertos en el análisis de variables satelitales de la CONAE, desarrolló este mapa de riesgo utilizando variables tanto socioeconómicas como ambientales y de suelo, algunas de ellas registradas por sensores remotos, para determinar aquellas áreas de Argentina con las condiciones que favorecen la presencia de estos parásitos”, explicó a Infobae la doctora Victoria Periago, coordinadora Científica de la Fundación Mundo Sano e Investigadora Adjunta del Conicet.

“Este mapa permitirá guiar los estudios en terreno para verificar la presencia de Geohelmintos en la población de una forma más eficiente”

Los geohelmintos son un grupo de parásitos intestinales transmitidos por el suelo incluidos en la lista de Enfermedades Infecciosas Desatendidas (EID) elaborada por la OMS, que afectan a las poblaciones más vulnerables con consecuencias en el estado nutricional y desarrollo cognitivo de los niños.

Desde el año 2015, la fundación Mundo Sano promueve un abordaje integral para la prevención y el control de parásitos intestinales a través de programas de intervención integral comunitaria. A partir de 2018 llevan adelante un proyecto en la Aldea Fortín Mbororé, ubicada en Puerto Iguazú, Misiones, para determinar la prevalencia de parásitos intestinales e intensidad de la infección por geohelmintos en personas mayores de 1 año de edad.

Esta aldea está compuesta por 200 familias de la etnia Mbyá. A través del análisis de las muestras fecales colectadas, se detectó un área de hiperendemia para las geohelmintiasis en esta localidad, destacándose una alta prevalencia de dos especies de parásitos: uncinarias y Strongyloides stercoralis. Por la prevalencia encontrada (73%) esta comunidad recibió tratamiento masivo, siguiendo las indicaciones de las guías de la Organización Mundial de la Salud.

“En este proyecto las tecnologías geoespaciales aportan su potencial fundamentalmente en dos aspectos, como en otros desarrollos similares que la CONAE-IG ha realizado en diversas problemáticas como el dengue y Chagas”, puntualizó a Infobae el doctor Marcelo Scavuzzo, director del Instituto Gulich e Investigador de CONAE.

Este mapa, relacionado a la caracterización ambiental permite estimar, a partir de las imágenes de satélite de observación de la tierra si un lugar específico reúne condiciones climáticas, altitudinales, de vegetación, etc. propicias para que la población del vector (o el parásito en este caso específico) de estas enfermedades pueda desarrollarse con mayor o menor prosperidad.

“El conjunto de herramientas de procesamiento de información geográfica permite la construcción de modelos geográficamente explícitos, a partir de su capacidad de realizar el algebra de variables, que en este caso son las relacionadas con las características del suelo, las socioeconómicas y las ambientales, así como las relaciones espaciales entre ellas, es decir, esto tiene más riesgo por estar más cerca de un factor específico”, precisó Scavuzzo.

Así arribaron a generar un primer modelo regional de riesgo para toda la Argentina que se basa en tres principales indicadores que son el riesgo asociado a las condiciones socioeconómicas desfavorables, las características y tipos de suelo y el componente ambiental donde intervienen las lluvias, la temperatura, la altitud, la vegetación, todas ellos relevados por satélites, entre otros factores.

En la conclusiones del paper médico, los investigadores sintetizan: “El mapa predictivo generado tiene en cuenta la combinación entre las características socioeconómicas, ambientales y del suelo que están más estrechamente asociadas con el riesgo de helmintos (parásitos) transmitidos por el suelo, clasificadas por el uso de una metodología y, por lo tanto, deberían servir como una herramienta útil para guiar la identificación de áreas de encuesta para la generación de datos de línea de base, detección de puntos críticos de infección, planificación y priorización de áreas para intervenciones de control y, finalmente, actividades de vigilancia posteriores a la implementación”.

 

Fuente: Infobae / COFA 

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“Dicen que el pelo de María Antonieta se puso totalmente blanco justo antes de que la ejecutaran en la Revolución Francesa. Es una leyenda porque obviamente el efecto no puede ocurrir tan rápido… pero sí le pasó al ex presidente Barack Obama: había asumido con el pelo negro y en la mitad de su gestión estaba lleno de canas”. El que habla es Diego Rayes, un bioquímico de Bahía Blanca, investigador del Conicet, que dirige el trabajo diario de siete científicos en un laboratorio que hace cuatro años se dedica a estudiar gusanos. No de cualquier tipo: unos en particular (caenorhabditis elegans) que, dicen, tienen procesos comparables a los de los mamíferos; o sea, a los nuestros. Pero, ¿qué tienen que ver el cabello de la frívola archiduquesa de Austria, el de Obama y unos gusanos de Bahía Blanca?

El hallazgo fue publicado este miércoles en la edición online de la prestigiosa revista Nature, autoría de un grupo de científicos del Laboratorio de Neurobiología de Invertebrados del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB-Conicet), de esos equipos que “la reman” en el accidentado mundo de la ciencia básica argentina. Los investigadores (bajo la dirección de Rayes y de la bioquímica María José de Rosa) entendieron el complejo proceso molecular que hace de puente entre dos hechos conectados: que altos niveles de estrés durante un tiempo prolongado pueden producir efectos negativos en la salud. E, incluso, acortar la vida.

El concepto “respuesta de escape”, cuando ante una situación de estrés el cuerpo genera una respuesta de lucha para lograr la adaptación al contexto, a través de una hormona llamada adrenalina, en el caso de los humanos, y tiramina, en los gusanos, es esencial para entender el todo. Es que, al menos en los humanos, la adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata las vías aéreas, en fin, todo para garantizar, precisamente, el éxito del escape.

“La pregunta que nos hacíamos era por un hecho que está reportado en muchos animales, desde simples invertebrados, hasta aves, mamíferos y, claro, humanos. Y es por cómo se producen esos efectos particulares ante una respuesta de escape a una experiencia prolongada de estrés agudo. En esos casos, los animales empiezan a manifestar enfermedades relacionadas con la edad e incluso viven menos tiempo. Nos interesaba entender cómo se producía molecularmente ese proceso”, explicó Rayes.

Parece complejo, pero temas de todos los días, como la recomendación de ingerir alimentos y complejos vitamínicos con efecto “antioxidante” está vinculada al tema de estudio de este equipo bahiense, que en este informe trabajó en colaboración con científicos de la Universidad de Massachusetts.

Precisamente, Rayes habló del estrés, a partir de dos dimensiones: por un lado, el estrés “convencional”, por el cual se generan respuestas de escape. Pero además está el estrés oxidativo, que es una de las causas por las que los seres vivos envejecen. Según explicó Rayes, “hay un interruptor, una neurona que libera la hormona de escape, adrenalina o tiramina, que si bien debe ‘prenderse’ cuando el animal tiene que huir de una situación de estrés, también debería apagarse para responder al estrés oxidativo. Pero si se prolonga el tiempo del estrés, el cuerpo del animal no logra responder al estrés oxidativo”. Demasiados frentes para un solo cuerpo... 

¿Cómo se presentan estos efectos en los seres humanos? “Hay que aclarar que no fue el objetivo de nuestra investigación transpolar estos conceptos a las personas: nosotros hacemos ciencia básica. Pero para que la gente lo vea, en los últimos cinco o seis años surgieron estudios epidemiológicos que muestran que los individuos con estrés postraumático o ataques frecuentes de pánico, lo que hace que sus niveles de adrenalina estén altos, son más propensos a tener enfermedades neurodegenerativas más tempranamente, y tienen mayor prevalencia a la hipertensión, entre otras consecuencias”, explicó.

Desglosar en estas líneas el proceso molecular descubierto no es tarea sencilla, pero sí se puede hablar de las aplicaciones que podrían venir: “Entender estos mecanismos podría permitir ver si se pueden modular los efectos de algún modo. O sea, no podemos prevenir que haya activación de respuesta al estrés continuo, pero probablemente se puedan diseñar fármacos para aminorarlo”.

En este punto, sostener un círculo virtuoso entre la ciencia básica y la tecnología resulta clave. Pero no es fácil, dijo Rayes: "Además de que algunos insumos se compran en el exterior y tenemos subsidios en pesos, cuyas cuotas a veces se cobran con atrasos y tenemos que poner plata de nuestro bolsillo, otros reactivos, como en este caso la compra de adrenalina o tiramina, cuestan muchísimo más caros -comparados en dólares- en Argentina que, por ejemplo, en Estados Unidos o Europa”.

Y, hablando de estrés prolongado, concluyó: “Nos cuesta mucho convencer a los alumnos de que se quieran dedicar a esto. Claro que nadie espera hacer plata con la ciencia: sólo tener salarios medianamente competitivos”.

Fuente: Clarín salud

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Un tipo de gel inteligente amigable con el medio ambiente y capaz de liberar antibióticos a diferentes velocidades podría servir para el diseño de cápsulas para la administración de fármacos o parches cutáneos que traten distintas heridas o infecciones de la piel, anunciaron científicos de Córdoba.

“El material tiene alta versatilidad y puede liberar altas cantidades de antibiótico en un corto tiempo o cantidades más bajas en forma gradual”, afirmó la doctora María Lorena Gómez, del Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA), que depende de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y del CONICET.

Según lo publicado en la revista “Materials Science and Engineering: C”, los investigadores de IITEMA desarrollaron un hidrogel (plásticos blandos que retienen grandes cantidades de agua) que responde a los cambios de temperatura que ocurren en el organismo como respuesta a enfermedades.

“Cuando la temperatura aumenta, los geles se contraen y liberan el medicamento encapsulado en su interior”, explicó Gómez, también investigadora del CONICET. De esa manera, se podría regular la cantidad de antibiótico que llega al sitio de acción en respuesta al cambio de temperatura y retenerlos en su “matriz” cuando no se los necesita.

El método de obtención es amigable con el ambiente, ya que utiliza agua como solvente y para su fabricación emplea LEDs verdes de bajo consumo como fuente de energía. “Además, los medicamentos se incorporan en el material cuando se genera y conservan íntegramente sus propiedades antibióticas, simplificando el procedimiento de fabricación”, agregó.

Los científicos probaron “in vitro” que los geles per se no son tóxicos y que los antibióticos liberados son eficaces frente a las bacterias Staphylococcus aureus y Escherichia coli., responsables de muchas infecciones.

En una próxima etapa, Gómez señaló que se podría ensayar el material en animales de laboratorio como prueba preliminar a su aplicación en humanos.

El estudio corresponde a parte del trabajo de tesis doctoral de la química Antonela Gallastegui, quien cursa su quinto año de beca de CONICET bajo la dirección de Gómez y del doctor Rodrigo Palacios, ambos miembros del IITEMA. También participaron del trabajo los doctores Ignacio dell’Erba (INTEMA, UNMDP), Carlos Chesta y Carlos Previtali, del IITEMA, UNRC; y Mariana Spesia, del Instituto de Desarrollo Agroindustrial y de la Salud (IDAS), dependiente de la UNRC y del CONICET.

 

Fuente: Consenso salud

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Científicos del Conicet, en colaboración con investigadores de Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido, hallaron una droga que podría usarse para el tratamiento de pacientes de un tipo específico de cáncer de ovario y mama hereditario, identificados como BRCA1, el gen que falla en este tipo de tumores. Los resultados fueron publicados en la revista científica Clinical Cancer Reseach, según informó diario Unidiversidad.

 
El equipo liderado por Gastón Soria, investigador adjunto del Conicet en el Centro de Investigación en Bioquímica Clínica e Inmunología, se propuso identificar algún “blanco terapéutico” para la deficiencia en los genes BRCA1 o BRCA2; es decir, encontrar la proteína sobre la cual pueda ejercer su acción un fármaco para el tratamiento de estos tumores.

Con ese objetivo, realizaron un análisis de centenares de drogas que pueden usarse en nuevas terapias contra los cánceres de mama y ovario, utilizando un método de screening –un análisis de alto rendimiento de drogas– que fue desarrollado por investigadores del Conicet en la Universidad de Córdoba (UNC) y que en 2018 ganó el premio UNC Innova a la investigación aplicada.

La proteína que identificaron en esta investigación es la PLK1, y podría ser un blanco terapéutico para el tratamiento de este tipo de cánceres hereditarios 

“En la jerga científica se le llama letalidad sintética, una toxicidad selectiva contra una vulnerabilidad que tiene la célula tumoral y que no tiene la célula normal. De hecho, es el nombre de nuestro laboratorio –letalidad sintética en cáncer– y es nuestro principal objetivo encontrar drogas nuevas que ataquen de manera selectiva a células tumorales mediante este mecanismo”, detalló.
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Científicos del Laboratorio de Nanobiomateriales del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), perteneciente al CONICET y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), trabajan en la fabricación y bioimpresión 3D de apósitos para el tratamiento de úlceras de pie diabético. Buscan desarrollar un método sencillo, económico y más efectivo que los que existen actualmente. El objetivo final es que esté disponible en centros de salud, en particular, para pacientes de hospitales públicos.

La impresión 3D consiste en la fabricación de una estructura tridimensional, a partir de un diseño realizado previamente por computadora. A medida que el proceso de impresión avanza, el objeto va tomando forma a través de la unión y superposición de una capa del material elegido sobre otra. A veces, se requiere también una fase de pos-procesamiento. La bioimpresion 3D, en tanto, funciona de la misma manera pero utiliza como tinta material de origen biológico.
“El proyecto consiste en fabricar apósitos tridimensionales a medida, que sigan la forma de la úlcera. Por ahora, los parches que existen en el mercado son bidimensionales, es decir, un cuadrado liso que no sigue la forma y profundidad de la úlcera. El problema es que si entra en contacto con la piel sana, al ser tan sensible, puede verse afectada e incluso generar otra úlcera. Además, queremos colocarle ciertos aditivos como factores de crecimiento o antibióticos, que ayuden a la regeneración de la piel y el control de infecciones” –explica a TSS la bioingeniera Verónica Passamai, a cargo del desarrollo–.“Los beneficios son muy importantes: evitar amputaciones, salvar vidas y reducir los costos de la salud pública”, agrega.

El equipo se completa con los investigadores Guillermo Castro, director del Laboratorio de Nanomateriales; Vera Álvarez, codirectora del proyecto; y Sergio Katz, quien fabricó la bioimpresora 3D. Passamai comenzó a trabajar en impresión 3D vinculada al área de salud en 2013, cuando trabajaba para la empresa cordobesa Raomed en la fabricación de prótesis craneales. “Una gran ventaja de aplicar la tecnología 3D en salud es que los dispositivos siempre son diseñados a medida del paciente”, señala. Posteriormente, trabajó en el Centro de Tecnología de la Información Renato Archer en Campinas, Brasil, donde se dedicó a realizar modelados computacionales sobre la interacción entre biomateriales (llamados andamios o scaffolds) y células. El objetivo era simular el proceso de fabricación de órganos a partir de una bioimpresora 3D. Esta línea de investigación se encuentra en estado incipiente a nivel mundial porque el mayor problema que enfrentan los investigadores es cómo lograr la irrigación necesaria para obtener un órgano funcional.

La impresión 3D consiste en la fabricación de una estructura tridimensional, a partir de un diseño realizado previamente por computadora. A medida que el proceso de impresión avanza, el objeto va tomando forma a través de la unión y superposición de una capa del material elegido sobre otra. A veces, se requiere también una fase de pos-procesamiento. La bioimpresion 3D, en tanto, funciona de la misma manera pero utiliza como tinta material de origen biológico.

En el caso de los apósitos para pie diabético, los investigadores trabajan con biopolímeros de origen vegetal, como pectinas, celulosa y alginato. Con esos materiales, elaboran la biotinta que se coloca en jeringas para utilizar en la bioimpresora 3D. “Por ahora, estamos trabajando en la base de los parches, pero la idea es hacer pruebas a partir de la colocación de aditivos que faciliten la regeneración de la piel, como medicamentos, factores de crecimiento e incluso nanopartículas de plata, que tienen acción bactericida”, afirma Passamai.

El tratamiento funcionaría así: primero se realiza un escaneo 3D de la úlcera del paciente, para obtener la forma y profundidad de la misma. Luego, se envía el diseño a la impresora y se coloca la biotinta previamente preparada. Si bien el tamaño de las úlceras varía, en general los parches serán estructuras pequeñas, de unos dos centímetros de altura aproximadamente, por lo que se estima que en unos diez minutos el apósito ya esté impreso y listo para pasar a la fase de pos-procesamiento, que podría llevar uno o dos días. “La idea es que en los hospitales pueda estar instalada la bioimpresora y que el personal se capacite para utilizarla y fabricar los apósitos ellos mismos”, indica la investigadora.

En este sentido, Passamai destaca que para que las personas que necesitan de este desarrollo efectivamente puedan acceder al mismo “es indispensable el apoyo del Estado a las áreas de ciencia y salud, tanto para el desarrollo del tratamiento como para su posterior aplicación en hospitales y centros de salud. En el CINDEFI hace tiempo que se siente la crisis y siempre tratamos de economizar al máximo los recursos que tenemos, porque no sabemos cuándo van a llegar los nuevos”.

Los próximos pasos tienen que ver con la realización de estudios físico-quimicos para luego ir agregando los diferentes aditivos, analizar la acción farmacológica en las células y la citotoxicidad del material. Passamai aclara que quedan varios años de desarrollo por delante antes de pasar a pruebas clínicas. También apunta que las regulaciones para hacer este tipo de ensayos son muy estrictas e implican mucha burocracia de por medio. “Todavía no sabemos con qué institución vamos a hacer las pruebas porque es muy pronto, pero queremos empezar a establecer vínculos. Para que este tipo de tratamientos sea eficaz es muy importante el trabajo interdisciplinario junto con médicos de diversas especialidades y que los pacientes puedan acceder a un tratamiento preventivo de forma temprana y adecuada”, concluye.

Fuente Agencia TSS / COFA

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