La adolescencia es una etapa fundamental del desarrollo humano. Se fundan hábitos sociales y emocionales que impactan en el bienestar mental del individuo. La psicóloga Maria Silvina Sosa de DIM CENTROS DE SALUD desarrolla una visión preventiva para acompañar, apoyar y sostener a los adolescentes de la familia.
Cada 1 de marzo se celebra el Día Mundial de la Concientización sobre la Autolesión, con la finalidad de apoyar a las personas y familias que padecen este tipo de conductas, que, si bien no es suicida, está categorizada como un problema de salud y de riesgo psicosocial. La edad de inicio de quienes tienen este comportamiento se ubica entre los 10 y los 15 años.
Autolesionarse es causarse daño físico en el cuerpo para disminuir la ansiedad, el sufrimiento, el malestar, el dolor corporal o emocional. Suele deberse a la falta de regulación o dificultad emocional. Las más habituales son: golpes, cortes, quemaduras o rasguños con objetos cortopunzantes en las extremidades y el abdomen, introducirse objetos subdérmicos, entre otras.
Por otra parte, el 2 de marzo, es el Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes, con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de los diversos problemas de salud mental que afrontan los adolescentes, así como evitar los estigmas que estos trastornos generan y ofrecerles apoyo.
Por lo tanto, para que el desarrollo cognitivo, emocional, sexual y psicológico se produzca de forma saludable, es necesario que el joven se mueva en ambientes en los que se sienta cómodo, le transmitan seguridad, apoyo y protección. Actualmente se da a través de grupos de amigos y de las redes sociales.
En este sentido, los adolescentes se exponen fácilmente a otros temas relacionados, como el cyberbullying, que se da en el espacio virtual, la exposición exagerada e inapropiada, compartir fotos, que exponen demasiada intimidad e información personal; compartir contenido erótico, entre otros.
Alrededor de los 20 años de edad surgen los trastornos comunes (ansiedad, depresión, autolesiones y trastorno somatomorfo) que representan el 50% de la carga, los dolores de cabeza el 18%, los trastornos por consumo de sustancias el 15% (9% debido al alcohol) y los trastornos mentales graves (esquizofrenia y trastorno bipolar) alrededor del 7%” explica Sosa.
La OMS ha elaborado esta guía a fin de apoyar a los países para que ejecuten intervenciones que les permitirá establecer una respuesta nacional integral para prevenir el suicidio.
CONDUCTAS A LAS CUALES ESTAR ALERTA
Es importante reconocer los factores de riesgo para poder actuar de forma inmediata y tratar de asistir con empatía y acompañar.
- PÉRDIDAS RECIENTES: Una muerte en la familia o amigos, trabajo o incluso en relaciones afectivas pueden ser factores de riesgo, especialmente si se sienten aislados o sin apoyo social.
- AISLAMIENTO SOCIAL/ BULLYING/ DISCRIMINACIÓN: Especialmente en la adolescencia los cambios repentinos de humor son habituales y esperables, pero deben, justamente, cambiar. Si una conducta se mantiene en el tiempo, es momento de hablar.
- ABUSO DE SUSTANCIAS: Las personas que tienen un trastorno del estado de ánimo, ansiedad, consumo de alcohol u otras sustancias, una enfermedad física importante o un historial de trauma, abuso o suicidio en su familia tienen mayor riesgo.
- ANGUSTIA ECONÓMICA: Podría parecer superficial, pero se trata de una realidad que enfrentan las familias actualmente, así como la falta de futuro y trabajo estable, lo que puede profundizar la depresión o la calidad de vida.
- CAMBIOS DE ÁNIMO EXTREMOS: Es posible notar en la conducta de la persona cambios de ánimo extremos, que van desde la euforia hasta depresión profunda o parece agitado, expresa rabia o habla de buscar venganza. También puede dormir demasiado o, por el contrario. También pueden verse reflejados en el apetito y las actividades sociales, tareas escolares, domésticas y otras responsabilidades.
- SE SIENTE DIFERENTE / UNA CARGA PARA EL RESTO / NO ENCUENTRA SU LUGAR: Pueden sentirse una carga para sus amigos o familiares, no se sienten cómodos con sus elecciones de vida, sus costumbres y hablan de sentirse atrapados o no tener motivos para vivir o tener esperanza.
- BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN: Se detecta que la persona ha buscado formas de lastimarse o hacerse daño.
- VIOLENCIA O ABUSO DOMÉSTICO: En situaciones así, puede parecer la única salida para evitar seguir sufriendo en un ambiente tóxico. Es siempre fundamental poder contar con alguien con quien hablar, que escuche sin juzgar.
- AMENAZAR CON QUITARSE LA VIDA: A menudo pueden parecer frases infundadas o exageradas, pero si hay un sostenimiento de frases o pensamientos específicos es crucial tomarlas con seriedad. "Quiero morirme, ya nada me importa, quisiera desaparecer o irme a dormir y nunca despertar. Todos estarían mejor sin mí, ya pronto voy a dejar de molestar y otras frases similares requieren atención profesional.
Cualquier persona que pueda detectar alguna conducta semejante, debe tratar de hablar con un profesional o persona de autoridad responsable. Siempre es recomendable rodearse de afectos que contribuyan a generar un entorno de positividad. Amigos, vecinos, familia e incluso mascotas son excelentes confidentes.
También se anima a las personas a realizar ejercicio físico, ya que, alivia los síntomas de salud mental y apoya cualquier plan de bienestar. Eleva el estado de ánimo estimulando la producción de endorfinas (sustancias naturales en el cerebro y el cuerpo que ayudan a equilibrar el estrés y controlar el dolor). Así como también apoya niveles más altos de serotonina, otra sustancia del cerebro y el cuerpo que conduce a un estado de ánimo positivo y un sueño reparador.
Fuente: DIM Centros de Salud