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Acceso a la salud. Un tercio de la población de la región no recibe los servicios de atención que necesita en el momento adecuado. Obstáculos geográficos -la distancia hasta el centro de salud más cercano-, institucionales, culturales y socioeconómicos favorecen esa desigualdad en pleno siglo XXI, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El estigma y la discriminación también entran en esa lista.

 
 

“La salud es un derecho y como tal debemos superar las barreras de acceso a la atención”, afirmó la directora de la OPS, Carissa Etienne, durante la presentación delDía Mundial de la Salud , que se conmemora mañana. “No es suficiente tener hospitales y centros de salud -sostuvo-. Estas instituciones deben contar con la combinación adecuada de recursos humanos, infraestructura y equipos, medicamentos y otras tecnologías de salud, para evitar largos tiempos de espera y ofrecer una atención de calidad”.

Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió dedicar la jornada del 7 de este mes al concepto de salud universal o, como lo definen sus autoridades, “que todas las personas y comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios de salud de calidad y sin tener que exponerse a dificultades financieras”.

 

En la región, la OPS impulsa una campaña con los países miembros para alcanzar esa meta regional en 2030. Para eso, “hay que construir consensos nacionales porque los retos son de tal magnitud que requieren el compromiso y el esfuerzo de todos”, indicó Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y titular de la Comisión de Alto Nivel “Salud Universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata” de la OPS.

 
 La Declaración de Alma-Ata de 1978 surgió de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud. Reconoce a la atención primaria como la estrategia sanitaria integral y esencial para toda la población, orientada a resolver los principales problemas de salud a través de la promoción, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación adecuados.

El informe “Salud en las Américas” que la OPS difundió el año pasado señaló las deudas que aún mantienen los países con aquel compromiso de 1978. Es más, a 40 años de esa declaración, el diagnóstico de la oficina regional de la OMS en Washington es que América es “una de las regiones más inequitativas” del mundo.

 

Bachelet señaló las brechas no solo entre los países, sino también dentro de las naciones. “Al mismo tiempo que hay centros de salud con una calidad que no hubiésemos pensado en el pasado, hay mujeres y chicos que siguen muriendo por causas totalmente evitables -dijo-. La desigualdad es el gran enemigo en América Latina y el Caribe”.

 

En ese informe, para nuestro país, se destacó: “A pesar de sus importantes fortalezas, tiene obstáculos que superar. La Argentina tiene el sistema de salud que quizá sea de los más segmentados y fragmentados de América. Esta situación exige esfuerzos enormes para la gobernanza del sector y para un ejercicio de la rectoría que alinee a actores muy diversos para trabajar en objetivos sanitarios comunes”.

Mientras que la implementación de la cobertura universal de salud (CUS) avanza más lento que lo necesario -hay 15,7 millones de argentinos sin cobertura-, los primeros resultados en la ciudad mendocina de Guaymallén satisfacen a las autoridades sanitarias nacionales. “En la Argentina existe cobertura universal nominal: el 100% tiene derecho a recibir atención médica en un centro de salud o un hospital, lo que no quiere decir que acceda efectivamente”, reconoció Adolfo Rubinstein, ministro de Salud de la Nación.

 

Indicó, por ejemplo, que la mortalidad infantil puede llegar a ser el doble o el triple entre las provincias más pobres y más ricas, mientras que la mortalidad materna puede llegar a ser ocho veces mayor o 10 veces si se trata del cáncer de cuello uterino. El tiempo considerado crítico para la atención de un infarto -entre que empieza el dolor de pecho y el paciente llega al hospital y hasta que recibe el tratamiento-, también es “terriblemente diferente”, ya sea por las barreras geográficas o de cobertura.

Por CUS, según definió, se entiende el acceso a los servicios con “calidad, equidad y efectividad”. En una primera etapa -la implementación de la CUS en el país demandaría entre tres y cinco años-, la prioridad la tienen esos 15,7 millones de argentinos sin cobertura. “Ahí están las disparidades sanitarias más importantes”, agregó Rubinstein.

Explicó que los pasos para extender la CUS a esa población incluyen cobertura territorial gradual con equipos de salud familiar y georreferenciada, estructura adecuada de los centros de atención, conectividad y sistemas de información, y priorización de los problemas para reducir las brechas con monitoreo de indicadores, en especial en el sector público.

Población vulnerable

La Fundación Infant es una institución reconocida en el mundo que investiga estrategias para mejorar la salud infantil en nuestro país. Para su director, Fernando Polack, “el gran drama” en el acceso a la salud en la Argentina está en las poblaciones más vulnerables carenciadas. “Aun cuando existen unidades sanitarias, los pacientes no tienen la oportunidad de usarlas para lo que necesitan resolver”, dijo. El trabajo de la fundación permite determinar que el ejemplo más claro está en las zonas más vulnerables del conurbano, donde cada año mueren dos de cada tres bebés de entre uno y 12 meses de vida. No lo hacen en el hospital, sino en sus casas porque no volvieron a la segunda consulta o distintos motivos impidieron la primera consulta. “Si se conversa con la familia, en la mitad de los casos la causa es respiratoria. Y esto se repite en la periferia de las grandes ciudades del país”, sostuvo Polack.

Esas muertes ocurren principalmente en el invierno. “Afectan a los más vulnerables entre los vulnerables, los que no tienen soporte social. Son centenares de chicos por año. Es un fenómeno que no es nuevo. Es absolutamente reconocible y visible desde hace años”, precisó. También, es un fenómeno de solución lenta, ya que no alcanzaría con el acceso a la salud. Está asociado con distintas carencias, como la de vivienda o la exposición a la contaminación del ambiente. “Esto va destruyendo la vida de estos chicos desde antes del nacimiento y permite que se mueran meses después en sus hogares”, sostuvo Polack. “Es una combinación multifactorial: es una muerte social, biológica o ambiental”.

La situación sanitaria en América Latina

300.000.000 de personas no acceden a la atención médica en la región

 

Las principales razones

 

 

  • 30% - Por motivos financieros
  • 20% - Por barreras geográficas

 

15.700.000 de argentinos no tienen cobertura de salud

 

Cuánto se invierte en salud

  • 3,8% del PBI es lo que invierten la mayoría de los países de América
  • 6% del PBI es lo que recomienda la OPS
  • 10,2% del PBI es lo que destina la Argentina a la atención de la salud

Fuente: La Nación

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