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Uno de cada cuatro hipertensos no sabe que sufre la enfermedad Destacado

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Lo reveló un estudio sobre casi 35.000 personas en centros de salud de todo el país. La mitad sufría de presión alta, pero un cuarto de ellos lo ignoraba. Lo reveló un estudio sobre casi 35.000 personas en centros de salud de todo el país. La mitad sufría de presión alta, pero un cuarto de ellos lo ignoraba.
Entre 2008 y 2016 la cantidad de hipertensos en la Argentina creció un 8,5%. Además, son pocos los que tienen la enfermedad controlada: apenas cuatro de cada diez. Para los médicos, la cantidad de hipertensos sube por la mala alimentación y la vida acelerada. Y también por “inercia terapéutica”, una atención médica deficiente que no indaga demasiado en la situación de los pacientes sin síntomas.
La hipertensión arterial es el primer factor de riesgo para accidente cerebrovascular (ACV) y para infarto de miocardio. Y, en Argentina, afecta a un 36,3% de la población. Sin embargo, 4 de cada 10 hipertensos no lo sabe. Estos datos, que surgieron del estudio epidemiológico Renata 2 que se realizó el año pasado, llevaron a la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), en línea con la Sociedad Internacional de Hipertensión, a realizar durante mayo una campaña sobre conocimiento y control de la presión arterial. El objetivo: concientizar y detectar nuevos casos.
Durante todo el mes se evaluó la presión arterial de 34.534 personas, de las cuales 2.087 eran niños, y esos resultados serán analizados por separado. Pero, de los datos de 32.447 adultos que fueron controlados, resultó que el 50.8% eran hipertensos. Y del total de hipertensos, el 25,2% desconocía su situación; el 37,1% estaba tratado pero no controlado, y el 35,7% estaba debidamente tratado y con- trolado. “En la campaña se vio una prevalencia mayor a la reconocida en nuestro país, pero eso es atribuible a que la muestra no fue tomada al azar”, explica a Clarín el doctor Marcos Marín, secretario de la Comisión Directiva de la SAHA y coordinador de la campaña. “Lo importante es que controlamos a 16.000 hipertensos, de los cuales el 25% no sabía que lo era. Esta campaña logró además descubrir a 4.000 hipertensos”, agrega el especialista. En los últimos 10 años se realizaron en Argentina dos estudios nacionales para conocer la prevalencia de la hipertensión en el país, y entre un estudio y otro (2008 y 2016) el número de hipertensos aumentó 8,5%. “El registro que logramos ahora superó expectativas”, afirmó Judith Zilberman, presidenta de la SAHA.
El trabajo abarcó centros de salud públicos y privados de las ciudades más importantes del país.
“El resultado es el esperable, se sabe que hay un reducido nivel de información y mucho más reducido de control del tratamiento. En promedio, sólo entre el 8 y el 20% de los hipertensos tienen controlada su presión arterial”, afirma el doctor Ramiro Sánchez, jefe del servicio de hipertensión arterial de la Fundación Favaloro, institución que también participó de la campaña y aportó sus datos a la Sociedad Interamericana de Hipertensión (MMM17). “Este es un problema grave, desde el punto de vista de salud público y epidemiológico, porque sabemos que en el mundo cada año mueren 10 millones de personas por problemas vinculados a la hipertensión”, agrega.
Aunque la presión arterial es variable, para ser considerada “normal” debería ubicarse por debajo de los 140 mmHg para la presión sistólica o máxima y 90 mmHg para la diastólica o mínima. Es decir, debajo de 14/9. Para ello, es fundamental tomar la presión con un tensiómetro validado y hacer por lo menos dos tomas con un intervalo de algunos minutos.
En caso de tener la presión arterial por encima de 14/9 se debe consultar a un cardiólogo, que es quien confirmará el diagnóstico. El tratamiento consiste en adoptar determinados hábitos de vida vinculados a la vida saludable (ejercicio físico, reducir el consumo de sal, dejar de fumar) y tomar la medicación que indica el médico. “La hipertensión es lo que mata a la gente en el mundo desarrollado”, afirma el doctor Gustavo Caruso, jefe de hipertensión arterial del hospital Ramos Mejía. Y destaca que las campañas “son muy útiles para que se jerarquice el nivel de conocimiento en la población”. En el Ramos Mejía se tomaron 1000 registros. “Hoy tenemos pacientes que antes deambulaban sin saber que eran hipertensas, en tratamiento y con seguimiento de cada caso”, dice Caruso.
La hipertensión es muy prevalente en todo el mundo. Pero en los países de niveles medios y medios bajos hay una evolución aún peor de las cifras de conocimiento y control, advierten los especialistas.
“La causa es multifactorial, hay cuestiones culturales propias de las poblaciones que son muy difíciles de cambiar, también hay una cuota de inercia terapéutica, que corresponde a los médicos, que no dedican el tiempo necesario para explicarle la situación al paciente, y en Argentina hay un tema muy puntual vinculado a la ingesta de sal, que duplicamos o triplicamos el consumo diario recomendado por la OMS”, explica el doctor Gustavo Cerezo, jefe del servicio de epidemiología y prevención cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).
Según establece la Organización Mundial de la Salud, no se deberían consumir más de 5 gramos diarios, pero lo ideal sería consumir entre 3 y 3,5 gramos diarios. En la Argentina, el promedio se ubica entre 9 y 11 gramos diarios. Muy peligrosamente por encima del límite.
El 25,2% de los argentinos desconoce que es hipertenso, según una medición masiva hecha por la SAHA en el mes de mayo.
El 37,1% de los argentinos que padece hipertensión y lo sabe está tratado pero no controlado, según datos de la SAHA.
 
 
“El secreto es ser regular con el tratamiento”
 
Es fundamental educar a las personas en la prevención
Gabriel Lapman Cardiólogo – Sanatorio Modelo Caseros
La hipertensión arterial es la fuerza con la que se desplaza la sangre a través de las arterias. Es una enfermedad de las paredes de las arterias que se caracteriza por generar cambios de tipo de endurecimiento de las mismas y disminuir la luz interior de estas. Los médicos la diagnosticamos luego de realizar tres registros en la misma consulta. Pero sobre todo después de un monitoreo de 24 horas que ofrece con certeza los niveles reales del paciente. Si no se toma la presión arterial, la gente desconoce tenerla. Por eso es un asesino silencioso ya que no provoca síntomas. Es asintomática casi por completo. Una persona puede pasar mucho tiempo –a veces meses–, con la presión elevada y no sentir nada.
Puede tener muchas complicaciones y las más graves son sobre el cora- zón, ya que aumenta su tamaño. También puede complicar el cerebro y desembocar en un ACV. La presión alta también afecta al riñón: es la segunda causa de ingreso a diálisis en la Argentina. Y también a las arterias vasculares periféricas, y a los ojos.
Para diagnosticar hay que hacer es- tudios de riesgo: el ecocardiograma, el electrocardiograma y el ecodoppler. También pedimos una presurometría de 24 horas que permite que veamos como se comporta la presión arterial durante todo el día: el monitoreo mencionado anteriormente.
¿Cuál es la causa principal de la hipertensión? El interjuego de los genes y el ambiente. Es decir, si tenemos abuelos o padres que ya tenían presión alta más la suma de si comemos con sal, si tenemos colesterol alto, diabetes, sedentarismo, si fumamos o tomamos mucho alcohol. Hay veces que también algunas medicaciones pueden sumar a la hipertensión. El estrés también suele influir en los niveles de presión de las personas.
Para nosotros el valor alto es de 140/90 y una presión óptima es por debajo de 12/8. Hay medicación para tratar la hipertensión pero hay que hacer hincapié en la dieta sin sal, en la actividad física y en el cuidado de la dieta alimentaria ya que hay sal oculta en casi todos los alimentos que consumimos a diario. Por lo tanto debemos educar en la prevención. Es fundamental. Y por esos se recomienda mantener un peso saludable, no fumar, no tomar alcohol y hacer ejercicios físicos, una media hora por día por lo menos.  Es importante mantener un peso adecuado y corregir factores de riesgo.  Hacer actividad física. Camine por lo menos media por día.  Reducir el consumo de sal: los panificados, fiambres y embutidos son fuente importante de sal. Los alimentos procesados aportan el 75% de la sal que consumimos diariamente. Llevar una dieta rica en frutas y verduras  Controlar la presión regular- mente: si es hipertenso, una vez al mes. Si no es hipertenso, al menos una vez al año.  Controlar otros factores de riesgo (como la diabetes).  Reducir el consumo de alcohol y dejar de fumar.  En caso de tener diagnóstico de hipertensión, tomar los medicamentos indicados por su médico. ? Procurar mantener la adherencia al tratamiento y no abandonarlo.
Hay que hacer hincapié en la dieta sin sal, en controlar qué comemos y en la actividad física.
 
 
Fuente: Clarín
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