Características de una piel madura

El envejecimiento cutáneo modifica anatómica e histológicamente los tejidos, alterando así sus propiedades bioquímicas y estructurales. El envejecimiento se desencadena por múltiples causas, algunos de los factores más determinantes de este proceso serán mencionados en este artículo.

La piel muestra signos de envejecimiento de diferentes formas, según las variaciones genéticas y la capacidad de responder a diferentes factores ambientales. Se clasifica al envejecimiento cutáneo como intrínseco o cronológico y extrínseco o fotoenvejecimiento. Entre los que mencionaremos, las causas hormonales, los radicales libres, la diferencia de género y el medio ambiente serán factores de gran importancia.

La evolución de ambos procesos (intrínseco y extrínseco) ya sea en mayor o menor medida van a dar como resultado los siguientes signos en la piel: arrugas finas y profundas, máculas pigmentarias, flacidez, sequedad o xerosis, aparición de bolsas sub-oculares, pérdida del contorno del rostro, pérdida de volumen labial, así como también de la luminosidad, textura y turgencia de la piel.

Aquellos factores que se ven deteriorados en su funcionalidad y estética, pueden ser abordados y mejorados con los avances tecnológicos de la cosmética y la infinidad de ofertas de tratamiento que existen actualmente.

El concepto actual de tratamiento anti aging se basa en la prevención, retrasando la velocidad de aparición y reparación, restaurando y aliviando los signos del envejecimiento.

La prevención y reparación de los signos del envejecimiento se realizará mediante el uso de principios activos que cumplen dichas funciones. Los mismos serán vehiculizados de forma cosmética adecuando el producto a las necesidades del consumidor.

 

La fisiología y anatomía del envejecimiento

La piel está constituida por 3 capas muy complejas. La más superficial llamada Epidermis estáconstituida por queratinocitos, melanocitos y células de la inmunidad cutánea.

La Dermis, capa intermedia, está separada por la membrana basal o unión dermo epidérmica que juega un papel muy importante en la regulación cutánea. La Dermis es una capa hipo celular y muy rica en matriz fundamental donde conviven las fibras de colágeno, elásticas y glicosaminoglicanos dándole soporte y flexibilidad al órgano cutáneo.

La capa más profunda es la Hipodermis, es la de mayor sostén estructural y donde habitan los grandes vasos, el panículo adiposo y los bulbos capilares.

La unión dermoepidermica posee una complejidad estructural y química que se ve afectada en el proceso de envejecimiento por múltiples factores. En la piel envejecida  la interacción entre epidermis y dermis, se aplana y el área de superficie de conexión disminuye.

El Colágeno I, III y IV, fibrilina, elastina y glicosaminoglicanos, que habitan en la unión dermoepidermica y en la dermis son reafirmantes naturales que sufren modificaciones cuantitativas y cualitativas que conducen a una desorganización del tejido y pérdida de sus propiedades biomecánicas.

Solamente cerca del 10% del envejecimiento de la piel se debe a factores intrínsecos o cronológicos ymás de un 80 % es el resultado de la agresión por factores extrínsecos, de los cuales en mayor medida la radiación ultravioleta es el agresor más importante. Otros factores extrínsecos son el consumo de tabaco, la polución, nutrición inadecuada y consumo de alcohol.

De los estudios realizados en los últimos años sobre el daño a moléculas esenciales de la dermis y la unión dermo epidérmica salen las 2 teorías más conocidas: la teoría de los telomeros y la de los radicales libres.

Radicales libres (especies reactivas de oxigeno): todas las especies químicas que contienen un número impar de electrones capaces de existencia independiente, resultan de la reducción del Oxígeno.

Formas reactivas de oxígeno pueden generar reacciones espontáneas que pueden destruir los sistemas de defensa de los seres vivos.

Es sabido que cuando la piel se expone a la radiación UV, radicales libres de oxígeno se generan, así como también sucede con el metabolismo basal de nuestro cuerpo, la exposición al humo del tabaco y la polución ambiental.

Estas especies de oxígeno juegan un rol importante en la generación de daños tisulares: alteran la funcionalidad, estructura y aspecto de la piel, generan piel seca, deshidratada, son irritantes y favorecen las reacciones inflamatorias. El impacto de RL en algunas moléculas modifica su estructura generando un daño definitivo.

La piel ha desarrollado mecanismos enzimáticos y no enzimáticos que le permiten controlar el daño por RL. La resistencia natural de la piel al estrés oxidativo está determinada en nuestro mapa genético.

El sistema anti oxidante cutáneo debe mantener el nivel de pro-oxidantes por debajo de un nivel crítico para permitir la regeneración de sus anti oxidantes. De esta forma, previene la formación o disminuye el nivel de agresión de los RL que inciden sobre la piel.

Este sistema funciona en forma sinérgica con los principios activos que podamos aportar tópicamente en el tratamiento cosmético, por lo tanto, es más efectivo aplicar combinaciones de uno o más antioxidantes.  En los productos tópicos se deben considerar: el tipo, la concentración y los efectos sinérgicos de los anti oxidantes utilizados.

 

Etapa de cambios

El envejecimiento intrínseco o cronológico va a generar cambios en múltiples estructuras de la piel de forma paulatina.

La epidermis, la capa más superficial de la piel, va a sufrir atrofia (espesor disminuido), desorden en la disposición celular, variación en la cantidad y tamaño celular, inmunidad local disminuida, disminución del contenido de agua y lípidos y aplanamiento dermo epidérmico.

Estos cambios morfológicos se manifestarán con los siguientes síntomas: piel seca, pigmentación moteada, picazón, predisposición a la formación de ampollas y retardo en la reepitelización.

Los cambios que se generan a partir de la dermis atrofia (disminución del grosor) son: fibroblastos y mastocitos disminuidos, colágeno y sustancia fundamental disminuidos, fibras elásticas degradadas y disminuidas, paredes vasculares adelgazadas y atróficas.

Clínicamente estos cambios resultarán en los siguientes signos: palidez con piel fina y laxa, pérdida de la elasticidad y resistencia, prominencias óseas, vasos visibles y acentuación de pliegues y surcos.

Entre otros cambios cronológicos las glándulas sudoríparas reducen su funcionamiento, disminuyendo la producción de sebo en las glándulas sebáceas.

 

La recomendación justa

En la clínica lo que más preocupa a las personas de edad avanzada es la sequedad o xerosis de la piel, que se da en todo el cuerpo, pero de manera más marcada en piernas y dorso, lo que genera un prurito de difícil manejo en cualquier área cutánea que esté seca o xerótica. La sequedad es el resultado de la alteración de las glándulas sudoríparas y sebáceas, junto a la alteración morfológica de la capa cornea.

Las arrugas son un cambio de configuración en la piel, resultante de la acción de fuerzas mecánicas que actúan en una piel laxa, dañada por el sol.

 

El tratamiento de estas pieles debe ser enfocado para actuar sobre las 3 capas de la piel intentando restituir la funcionalidad, aportando principios activos que generen cambios estructurales que aporten volumen, hidratación y protección de la radiación ultra violeta diaria. El tratamiento debe ser integral.

La tecnología cosmética evoluciona paralelamente con los hallazgos bioquímicos y moleculares asociados con el envejecimiento. Como se mencionó anteriormente el tratamiento debe ser integral.

Revitalift Laser X3 de L´Oreal Paris muestra una exitosa combinación de principios activos que se adecuan para que el producto sea utilizado en pieles envejecidas con mucho éxito.

Tanto la crema de noche como la de día tienen una alta concentración de Pro Xylane, molécula patente de L´Oreal. La misma tiene un efecto redensificador similar a los glicosaminoglicanos existentes en la dermis.

Además, la fórmula de Revitalift Laser posee Adenosina y ácido hialurónico fragmentado con alto y rápido poder de absorción y efecto antiarrugas.